El riesgo es neutral, lo que refuerza la idea, en la búsqueda de la deseada ventaja competitiva, desarrollar una adecuada gestión de los riesgos, por cuanto ésta reduce la volatilidad y optimiza el impacto de la incertidumbre.
¿Qué entendemos por riesgo? Se puede considerar como un evento incierto que ocasiona o puede ocasionar uno o más efectos en los objetos. Dos de sus características principales, que condicionan su análisis, son precisamente su intangibilidad e imprevisibilidad, o lo que es lo mismo quien/qué y como me puede afectar y cuándo y dónde puede materializarse el riesgo, respectivamente.
El riesgo ha tenido tradicionalmente una percepción negativa, sin embargo, debemos considerarlo como una expresión de la probabilidad y las implicaciones de una actividad o evento que tienen lugar, con consecuencias positivas o negativas. Es la medida de la probabilidad de que algo vaya bien o mal, y el impacto asociado, bueno o malo.
Como parte de la gestión de riesgos TWCI, aporta una herramienta para su análisis mediante su identificación y definición y posterior valoración en base a la inteligencia geoestratégica.
Atiende a dos parámetros fundamentales determinados por la amenaza (naturaleza y origen): la probabilidad y el impacto; y un tercer factor asociado al propio objetivo como es su sensibilidad
En consecuencia, el objetivo del análisis es por una parte detectar de forma integral las amenazas empresariales que pueden afectar a nuestra actividad y, por otro lado, identificar nuestras vulnerabilidades, valorando distintos factores y que pueden tener un impacto perjudicial para el afianzamiento organizativo, así como, conocer nuestras fortalezas para explotarlas adecuadamente, contribuyendo, de este modo, a orientar el cambio de la organización, y alcanzar la ya mencionada ventaja competitiva.
De ahí la importancia de este análisis geoestratégico previo a la hora de implantar una empresa en Latinoamérica, emprender en África o cualquier otro lugar del plantea con más o menos exposición.
Inteligencia criminológica. Se orienta a estudios socio criminológicos, perfilación criminal y delitología para apoyar a nuestros clientes en los procesos de selección de personal y, en su caso, de control de su actividad.
Esta área de inteligencia criminológica es aplicable en los procesos de selección especializada de personal destinados a ocupar altos cargos jerárquicos, así como para aquellos que pretendan cubrir algunos puestos concretos con una determinada especialidad y/o que sean vitales para el funcionamiento y la reputación de la empresa.
En su desarrollo se apoya en la utilización de herramientas como la grafología, que permite analizar la personalidad del individuo; entrevistas criminológicas, para detección de mentiras e identificación de desviaciones sociales y anímicas, así como los trastornos de personalidad y/o enfermedades mentales; e informes curriculares de “Due Diligence”, que permiten contrastar la veracidad de la información sobre la trayectoria profesional de los candidatos.