– ANÁLISIS GEOESTRATÉGICO –

 

El COVID no puede ser considerado propiamente como el factor originador del cambio, más bien ha tenido un carácter de catalizador del mismo. De ahí que realicemos este análisis geoestratégico tras el impacto del COVID basado en nuestra experiencia en Inteligencia Geoestratégica.

De una manera breve, cabría analizar el cambio bajo las siguientes cuatro grandes perspectivas: las geopolíticas, las económicas, las derivadas de la globalización digital, y las relacionadas con el individuo y la sociedad:

 

  • Geopolíticas. El factor más importante a tener en cuenta es la falta de liderazgo mundial. Estados Unidos, en particular desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, ha renunciado a su papel de líder global. China no descarta asumir ese papel, de hecho, aspira a ejercer un liderazgo global, como lo demuestra la expansión de su poder militar, especialmente naval; las ayudas al desarrollo para ir construyendo una red de influencia, mediante la aplicación del poder blando, que definiría Joseph Nye; su crecimiento económico, aunque actualmente más contenido por el coronavirus; y su desarrollo tecnológico, especialmente en el campo de las telecomunicaciones. Finalmente, la Unión Europea, sumida en una crisis de identidad, agravada con la salida del Reino Unido, está inmersa en una pugna entre el norte y el sur, entre el este y el oeste o entre el nacionalismo y la integración. Antes de la llegada del Coronavirus, Europa estaba ya tratando de adaptarse, sin mucho éxito por cierto, a esta nueva situación, perdiendo cada vez más protagonismo y liderazgo en la escena internacional.

 

  • Económicas. Son diferentes los aspectos a analizar en este campo; de momento, el impacto en el crecimiento económico a nivel global, que se estima tendrá, según previsiones del FMI, una caída global del 3%, asumiendo que si la crisis se supera en la segunda mitad del 2020, en el 2021 la economía crecerá en torno a un 5,8%. Otro indicador es el referente al desempleo, que podría experimentar una pérdida de cerca de 25 millones de empleos. En el campo económico, otro aspecto a tener en cuenta es el cambio de las tendencias en la deslocalización de la producción, avanzando hacia un mayor proteccionismo de los productos nacionales.

 

  • Globalización digital. En este análisis geoestratégico vemos que la globalización digital un proceso que podríamos considerar imparable, lo que va a facilitar un profundo cambio en las estructuras de las empresas, avanzando hacia el teletrabajo y disminuyendo sensiblemente los desplazamientos físicos de su personal. Todo ello concede una mayor importancia a las políticas colaborativas.

 

  • Individuo y sociedad. Hasta la expansión del COVID-19 nuestras sociedades se habían sentido seguras frente a este tipo de amenazas, las cuales se concentraban casi exclusivamente en los países menos desarrollados. Esta pandemia fomentará el sentimiento de miedo a los contagios en los ciudadanos. Otro sentimiento que va a incrementar su impacto a nivel global es el de la ira, en particular contra aquellos que han sido los responsables de la gestión de la crisis. Corolario de esto será el empoderamiento de la sociedad y el declive de los partidos políticos.

 

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