LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA APLICADA AL CAMBIO

Profesor Jesús De Miguel ¹

 

1) INTRODUCCIÓN

En este ensayo voy a tratar sobre cómo la inteligencia constituye un instrumento imprescindible con el que abordar los procesos del cambio en cualquier sociedad, pero de un modo muy particular cuando nos referimos a una organización empresarial.

Para ello, en primer lugar, considero importante enfatizar, como punto de partida, sobre los aspectos positivos que el cambio tiene para las organizaciones, pudiendo ser este considerado como un medio para mantener su eficiencia y su eficacia, lo que les permitirá adaptarse al contexto en el que desarrolla su actividad. Sin embargo, conviene hacer notar que el cambio no es siempre bien recibido en el interior de una organización, es más, no son pocas las ocasiones en las que se encuentra una resistencia interna a cualquier modificación o innovación, lo que se conoce como resistencia al cambio. Es precisamente en estos procesos de transformación cuando se ponen de manifiesto las condiciones de liderazgo de quienes tienen la responsabilidad de su dirección, hasta el punto de que se podría afirmar que la inacción, el conformismo, y la inmovilidad constituyen en sí mismo unos pésimos compañeros de viaje para el líder estratégico.

Este tiene que entender, en primer lugar, el contexto en el que se va a producir el cambio; en segundo lugar, debe de ser capaz de influir en la cultura de la organización, para con ello motivar y comprometer a todos sus elementos; y tercero, requiere asumir directamente su dirección. El cambio debe de ser considerado, por una parte, como un proceso adaptativo, en la medida que tiene que acomodar la organización al contexto en el que desarrolla su trabajo, es decir tiene, desde esta perspectiva, un marcado carácter reactivo; pero, a la vez, aquel constituye un instrumento imprescindible para manejar el futuro y de esta forma crear las condiciones para lograr una ventaja competitiva, y de ahí su dimensión anticipativa o proactiva.

El cambio significa buscar, construir el futuro, siendo la visión su elemento orientador, y admitido que el liderazgo es visionario en sí mismo, se puede concluir que el cambio no funciona sin liderazgo.

 

Ilustración 1. La Inteligencia como herramienta proactiva

 

Ya consideremos el cambio desde su vertiente reactiva, como desde la proactiva, todo proceso evolutivo genera incertidumbre y cuanto mayor sea esta, más necesario será contar con la inteligencia adecuada, entendiendo que ante la ausencia de acontecimientos dramáticos no se puede afirmar de manera categórica que no existan las amenazas competitivas.

Por otra parte, hay que mencionar que las modificaciones del entorno o del contexto no se producen habitualmente de una manera dramática, sino que sé van generando y proporcionando una serie de señales que nos alertan de que algo está cambiando, o puede cambiar, y en consecuencia, las organizaciones deben de estar en condiciones de conocerlas e interpretarlas. Estas señales se producen tanto en el entorno inmediato, proveedores, competidores, socios, o clientes, como en el ambiente en general, el cual está condicionado por factores políticos, sociales, económicos, tecnológicos, etc. La inteligencia utiliza estas alertas para la gestión del riesgo estratégico, entendiendo por tal el desencadenamiento de una serie de acontecimientos y/o la concurrencia de un conjunto de condiciones que reducen significativamente la habilidad y la posibilidad de implementar con éxito las estrategias de negocio, las cuales en muchas ocasiones están asociadas a los procesos de cambio.

 

1 Jesús De Miguel, es profesor emérito de la Universidad Anáhuac México y del Centro Universitario ISEN de Cartagena de la Universidad de Murcia, siendo además consultor y socio fundador de Two Worlds Collaborative Intelligence (TWCI)

 

 

2) ENTENDIENDO EL CAMBIO

Se podría afirmar sin temor a equivocarnos que, hoy en día, las organizaciones en general, y las empresas en particular, están inmersas en un constante entorno de cambio organizacional, en la mayoría de las ocasiones por la necesidad de responder a las exigencias que impone la evolución del entorno. A ello ha contribuido sin duda el importante desarrollo tecnológico que ha tenido lugar en los últimos 50 años, el cual ha ocasionado un incremento exponencial de lo que Stringham denomina “complejidad del conocimiento”1

2 Stringham, Shand. 2012 (eBook). Strategic Leadership and Strategic Management. iUniverse. Bloomington, Indiana, EE. UU.

El cambio es un proceso directamente vinculado a la cultura estratégica en dos direcciones. Por un lado, no se puede disociar el cambio del liderazgo, y la formación de los líderes está relacionada precisamente con la cultura  estratégica. La segunda orientación tiene que ver con la resistencia al cambio, algo genérico en todas las organizaciones y que viene influido por su propia cultura organizacional (estratégica).

Si hay algo fundamental al abordar los procesos de cambio y de transformación de una organización es entender e interpretar el entorno en lo que tiene que ver con las relaciones entre la organización y el contexto, algo característico de los sistemas abiertos. El cambio puede producirse bien como consecuencia de una variación de la situación externa, o bien como consecuencia de un condicionante interno ya sea por un convencimiento de su necesidad (visión) -cambio proactivo-, ya por la incapacidad organizacional para cumplir con los objetivos – cambio reactivo-; en uno y otro caso se produce una interacción constante con el entorno.

Temas de integración global como la conciencia medioambiental, la seguridad colectiva, la interdependencia económica, la tecnología, la información, el control de armas y la democracia pueden ejercer una mayor presión ambiental para el cambio en las organizaciones públicas y empresariales. Los temas desintegradores y divisivos, como la proliferación de armas, la migración, la animosidad religiosa, la rivalidad étnica, el proteccionismo, el aumento de la delincuencia y el tráfico de drogas, pueden ejercer presiones perturbadoras aún más fuertes. Todos estos factores pueden adoptar la forma de vectores superpuestos que, en conjunto, exacerban enormemente las turbulencias ambientales y aceleran el ritmo del cambio. (Stringham, p.73)3

Existen varios modelos para explicar como las organizaciones enfrentan el cambio. Lewin lo compara con el proceso en la modificación de la forma de un bloque de hielo, el cual tiene lugar en las tres fases siguientes: 4 con la primera se trata de “descongelar”, en ella se va a definir el alcance esperado del cambio; con la segunda se procede a cambiar la forma (se adapta el hielo descongelado a un nuevo recipiente), es en esta fase cuando se produce el momento de iniciar la implementación del cambio, un período realmente complejo en el que van a coexistir lo viejo y lo nuevo; y con la tercera, una vez que el cambio está asumido se pretende que la organización se adapte al nuevo modelo, en el símil del bloque de hielo se vuelve a congelar en la nueva forma adoptada.

Este modelo descriptivo del cambio propuesto por Lewin nos permite entender como una organización se ve obligada incluso a modificar su propia cultura organizacional, sin embargo, no se establece en él una relación clara entre el cambio organizacional y el contexto. Esta conexión con el contexto se explica de manera más precisa en la obra sobre la estrategia empresarial de Johnson, Scholes, & Whittington. 5 En la que se muestra como una organización (empresa)  se encuentra sometida a un importante esfuerzo de adaptación al entorno, lo que se asocia a un cambio reactivo, o, en el mejor de los casos, si se dispone de iniciativa, se procede a “sintonizar” con el entorno, hablamos entonces de un cambio proactivo. Lo anterior es válido si nos referimos a una situación que evoluciona de una manera progresiva, pero el contexto puede cambiar también de un modo radical, en cuyo caso será preciso proceder a “reparar” los daños (problemas) generados o, si disponemos de cierto nivel de anticipación estaremos hablando de un “redireccionamiento”.

 

Ilustración 2. Variables Nadler

 

3 Ibídem
4 Wirth, Ross A. http://www.entarga.com/orgchange/lewinschein.pdf
5 Jhonson, Gerry, Scholes, Kevan, Whittington, Richard. 2007. Exploring Corporate Strategy (8th Ed). Prentice Hall. London, UK

 

Volviendo a la evolución del proceso de cambio, en él se pueden distinguir las tres situaciones diferenciadas siguientes. En la primera, se produce un cambio progresivo. Se trata de adaptarse al entorno (línea roja); es decir, hablamos de un cambio motivado por agentes externos (reactivo), frente al que nos vamos a ir acomodando de manera escalonada cambio–pausa–cambio–pausa. Sin embargo, llegará un momento, tras sucesivas crisis, en que los cambios serán cada vez más bruscos y nos iremos alejando progresivamente de la curva ambiental. Es lo que en el gráfico figura como fase de flujo, situación que llegará un estado de no permitir mantener el ritmo del cambio, lo que, a su vez, conducirá a un punto crítico en el que o se realiza un cambio drástico -reparar-, o bien desaparece la organización.

 

Ilustración 3. El cambio según Scholes, Johnson & Wittington. Elaboración propia

 

La evolución asociada a las fases 1 y 2 es lo que se conoce como cambio ambiental, en el que no mantengo la iniciativa ni, en muchas ocasiones la libertad de acción, mientras que el segundo caso, la que en el gráfico figura como fase 3 se trata de un cambio estratégico.

 

 

 

Una tercera forma de acometer el cambio es transformándose, es decir llevando a cabo una evolución o adaptación continua, pero no sobre fundamentos reactivos sino con una prospectiva que nos permita identificar la situación final deseada, para lo que se requiere no solo detectar los indicios o señales débiles -corto plazo- sino tener una visión que nos oriente hacia el largo plazo, lo que antes hemos denominado sintonizar En síntesis, el cambio se encuentra íntimamente relacionado con la evolución del contexto, y esta puede producirse de manera progresiva o radical, pero en uno u otro caso deberemos tratar de mantener la iniciativa para con ella estar en las mejores condiciones para abordar el proceso de cambio de una manera proactiva. Lo cual requiere, como trataré a continuación, contar con una inteligencia que permita anticipar este tipo de situaciones, así como identificar los riesgos y oportunidades que de ellas se derivan o se puedan derivar.

 

3) QUÉ APORTA LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA A LOS PROCESOS DE CAMBIO EN LAS ORGANIZACIONES

 

Como ya he expuesto anteriormente, el proceso del cambio puede estar generado por una disfunción interna en el ámbito de la empresa o bien por un cambio del contexto, más o menos radical y profundo. En uno u otro caso, las empresas que aborden un proceso de cambio requieren retener la iniciativa y para ello deben contar con la necesaria ventaja informativa que les proporciona la inteligencia.

La inteligencia es una actividad o función básica en los procesos de toma de decisiones que orientan la actividad y en su caso el cambio de toda organización empresarial. Todo cambio está forzado en ocasiones y siempre condicionado por el contexto en el que se mueve la organización. Quiere decir que además de conocer nuestras propias fortalezas y debilidades, se precisa conocer las oportunidades y amenazas que conforman el contexto en el que desarrollamos nuestra actividad empresarial. La inteligencia es pues la herramienta capital que nos va a facilitar la información precisa sobre los procesos internos, así como del contexto externo, permitiendo con ello alcanzar una posición de ventaja en la toma de decisiones. 6

Este ensayo está inspirado en el concepto empresarial de la consultora Two Worlds Collaborative Intelligence (TWCI), empresa española especializada en la consultoría en seguridad e inteligencia estratégica, y orientada al mundo empresarial. Así pues, conforme a los objetivos pretendidos en este texto, cabría diferenciar tres situaciones en las que la inteligencia debe ser aplicada en los procesos de cambio: la primera tiene que ver con los riesgos que pueden afectar a la empresa en el marco de un contexto incierto y cambiante, estamos refiriéndonos a la inteligencia para la seguridad; la segunda se centra en el conocimiento profundo del entorno y su posible evolución, en el que la empresa desarrolla su actividad, o pretende hacerlo, para con ello obtener la necesaria ventaja estratégica, o sea estamos hablando de la inteligencia competitiva; y la tercera se focaliza, a diferencia de las anteriores, en el ámbito interno con la finalidad de identificar las fortalezas y debilidades de la propia organización frente al proceso de cambio.

6 De Miguel, Jesús. 2020. Guía para la Seguridad y la Inteligencia Estratégica para Pymes. TWCI.
Editada por Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas

a) Conocer y explotar el ambiente para proteger la organización. La inteligencia para la seguridad.

Toda organización se enfrenta a numerosos desafíos, muchos de ellos generadores de riesgos, los cuales no se pueden evitar de una manera absoluta pero sí, cuando menos, minimizar sus efectos. Se trata de alcanzar un nivel de seguridad adecuado y asumible, habida cuenta de que la seguridad plena es inalcanzable. Este rango de seguridad será tanto mayor en la medida que podamos anticiparnos a esas amenazas, lo cual se consigue con una adecuada prevención a lo que contribuye, de una manera capital, la inteligencia.

Así pues, al referirnos a la seguridad, se podría decir que la inteligencia es su escudo protector, por cuanto ella nos permite identificar, analizar y valorar los riesgos que pueden afectar a la supervivencia de una organización. Para alcanzar una inteligencia exitosa para una corporación, lo primero que se necesita es definir con claridad cuáles son los elementos clave para su supervivencia. Al referirnos a una empresa, el objeto referente de la seguridad 7 es precisamente su continuidad de negocio, y por ende será preciso determinar cuáles son los factores que influyen directa o indirectamente en ella, así como los fenómenos que la pueden afectar de una manera negativa o perjudicial.

7 Por seguridad entendemos el conjunto de actores y relaciones que afectan el normal funcionamiento y desarrollo de una organización. La seguridad entendida desde un enfoque amplio, no limitado a la mera protección física del patrimonio o los activos.

 

Vemos en la imagen (Ilustración 4) que son varias las preguntas que debemos plantearnos al evaluar el contexto de seguridad en el que van a aplicarse las políticas y decisiones de una empresa. Como ya he mencionado, la adecuada identificación, valoración y evaluación de riesgos va a centrar el esfuerzo de la inteligencia para la seguridad, apoyándose en un eficiente sistema de alertas que permita la identificación temprana de aquellos, aspecto este -la anticipación- donde reside buena parte del éxito de una inteligencia proactiva.

 

Ilustración 4. La inteligencia para la seguridad

 

Es importante mencionar, antes de seguir avanzando, que hoy en día los desafíos a los que se enfrenta una empresa provienen no solo del entorno físico tradicional, sino del ciberespacio, espacio global y común que es infinitamente mucho más difícil de controlar, y al que pueden acceder con un notable grado de impunidad una amplia variedad de actores. Los riesgos para una empresa no solamente proceden del ámbito delincuencial, sino que también es preciso considerar otros aspectos como son los medioambientales o los relacionados con seguridad sanitaria, como por otra parte hemos podido comprobar desde que se desencadenara la pandemia de la COVID-19. Y a los que habría que añadir los que tienen que ver con la inestabilidad institucional y económica. Una herramienta a la que recurren muchas de las consultoras de inteligencia son los mapas de riesgos para con ellos analizar de manera sumaria un determinado contexto, los cuales podrían ser considerados casi imprescindibles especialmente para aquellas empresas inmersas en los procesos de internacionalización.

Bajo este planteamiento Two Worlds Collaborative Intelligence (TWCI) ha desarrollado un producto de “risk rating” en el que se tienen en cuenta tres parámetros principales de medición: el grado de estabilidad y/o fortaleza del país, sus condiciones frente a riesgos sanitarios y fenómenos medioambientales y las  condiciones de seguridad y protección de sus ciudadanos, contando cada uno de ellos con diferentes indicadores hasta un total de 18.

 

Ilustración 5. Risk Rating by TWCI. Ejemplo

 

Con este instrumento de análisis las empresas tienen a su alcance una información básica para la internacionalización. Información que no se debe obviar al abrir las corporaciones a los mercados internacionales en sus diferentes alcances (desde la exportación de productos, como paso más sencillo, hasta la más compleja de la implantación), la que requiere asumir cambios organizacionales, más profundos cuanto más avanzado sea el proceso de internacionalización.

 

Ilustración 6. Mapa de riesgos

b) Conocer y explotar el ambiente para obtener una ventaja competitiva

Para una mejor comprensión de como la inteligencia competitiva es fundamental en el diseño del cambio, se debe comenzar haciendo una referencia al hecho de que la transformación en el mundo empresarial suele estar relacionada con diversos campos o actividades que van desde la comercialización de nuevos productos, la apertura a nuevos mercados, la implantación en nuevas ubicaciones, en particular cuando se trata de establecerse en nuevos países, o, en el caso más extremo, cuando se decide un cambio en la propia actividad empresarial.

El nuevo enfoque empresarial tras acometer un cambio requerirá, en la mayoría de los casos un ajuste organizacional para adaptarse al nuevo escenario, lo que siempre genera cierto nivel de incertidumbre en toda organización, y que en ocasiones es una de las consecuencias de la resistencia al cambio.

Si admitimos que contar con un nivel adecuado de información contribuye a reducir la incertidumbre, el empleo oportuno y eficiente de la inteligencia va a permitir aumentar el grado de certeza en la organización. Para ello se requiere identificar anticipadamente las oportunidades de negocio para que posibilite disponer de los elementos de juicio adecuados en las tomas de decisiones, así como disponer del conocimiento anticipado del impacto que genera en los mercados un nuevo producto, lo que puede ayudar a un mejor diseño y por ende a una mayor rentabilidad en su comercialización. Pero además, las situaciones relacionadas con el cambio, incluyendo en estas los procesos de internacionalización, supondrán el establecimiento de nuevas relaciones, en ocasiones en un entorno culturalmente alejado, o cuando menos diferente, del nuestro; y para ello se necesitará contar con el mayor conocimiento potencial sobre las posibles asociaciones a establecer, así como identificar, con la mayor precisión posible, cuáles pueden ser tanto nuestros potenciales aliados y colaboradores, como los competidores y los adversarios a los que nos podemos enfrentar.

Para generar este conocimiento del entorno es fundamental contar con un adecuado sistema de captación y análisis de información, la cual, aún siendo una función accesible para las grandes empresas, es cierto que muchas de ellas no tienen consolidada la necesaria cultura de inteligencia, y, en consecuencia, corren el riesgo de ser sorprendidas en no pocas ocasiones por situaciones no deseadas que pudieran haber sido anticipadas de haberse considerado su aplicación. Si esta situación es preocupante al hablar de las grandes empresas, lo es mucho más al referirnos a las medianas y pequeñas (Pymes), las cuales no disponen de las capacidades propias requeridas para esta función. Es precisamente para suplir estas carencias organizativas y funcionales de las empresas cuando cobran su verdadero valor las compañías especializadas en la consultoría en inteligencia. 11

Son cada vez más incuestionables las ventajas competitivas que aporta el contar con un sistema de vigilancia e inteligencia que permita a las empresas reducir su nivel de incertidumbre cuando se enfrentan a procesos que tiene que ver con el cambio. Antes de continuar conviene detenernos para explicar que se entiende por un sistema de vigilancia e inteligencia. Aunque se trate de dos conceptos diferenciados, estos son, a su vez, complementarios, mientras que la vigilancia centra su actividad en la identificación de necesidades y monitorización sistemática, organizada y permanente de la  información relevante para la empresa, la inteligencia se centra en analizar dicha información para transformarla en un conocimiento útil y explotable para las organizaciones. La convergencia de ambas materias conforma lo que en TWCI hemos denominado Sistema de Vigilancia e Inteligencia (SVI), el cual consiste en un procedimiento ético y sistemático de recolección, análisis, difusión y comunicación de información estratégica empresarial que tiene como fin último mejorar la toma de decisiones.

 

Ilustración 8. SVI

 

De un modo esquemático, este sistema se caracteriza por la realización de las siguientes actividades (Ilustración 7):

 

c) Evaluar las fortalezas y debilidades que permitan abordar el cambio exitosamente

Este es el tercer escenario en el que se debe hacer una utilización correcta y apropiada de la inteligencia en los procesos de cambio. He mencionado en los puntos anteriores como la inteligencia contribuye a generar el conocimiento necesario sobre el contexto en el que puede producirse el cambio. Ahora bien, si entender el contexto es importante para toda organización que se enfrente a cualquier tipo de cambio, no menos importante es conocer en profundidad la propia organización.

Uno de los aspectos en los que la inteligencia aporta un valor añadido en el ámbito interno es cuando se trata de las políticas y/o actividades relacionadas con el de compliance, en la medida que con ella nos permite conocer con mayor eficacia y eficiencia comprobar que las operaciones se ejecutan con respeto a un amplio catálogo de leyes y normas que son de aplicación y, en su caso, aplicar los factores correctores identificados en la evaluación.

 

Ilustración 9. Cadena de Valor

 

Otro aspecto esencial, en este caso, desde la perspectiva de la inteligencia económica y competitiva, es la necesidad de analizar y adaptar la cadena de valor (Ilustración 8) para, de esta forma, afrontar con éxito los procesos de cambio, entre los que se encuentra de una manera muy significativa, como ya he mencionado anteriormente, la internacionalización, atendiendo a sus diferentes alcances.

 

4) EL CAMBIO REQUIERE UN ENFOQUE INTEGRAL

A tenor de lo hasta aquí expuesto, se puede afirmar que cuando una empresa se ve inmersa en un proceso de cambio, requiere contar, con independencia del alcance de aquel, con un elevado volumen de información sobre el contexto en diferentes campos como son los de la seguridad física y la virtual, el económico o el institucional, como hemos visto a lo largo de este ensayo. La inteligencia desarrollada perdería parte de su valor como generadora de conocimiento si su aplicación no se realiza de una manera integral, es decir atendiendo a los diferentes campos arriba mencionados.

Sin embargo, la mayoría de las organizaciones empresariales, incluidas las grandes empresas, no disponen de las capacidades necesarias para afrontar toda la amplitud que requieren este tipo de procesos. Es por ello por lo que, cada vez con más frecuencia, se recurre a externalizar la función de inteligencia, siendo usual recurrir a consultoras especializadas. Por otra parte, se considera que sería un error, o más bien una utopía, pretender que una única compañía tenga todas las capacidades requeridas para abordar él amplío espectro de la inteligencia que requieren las empresas.

En consecuencia, por parte de estas consultoras especializadas se precisa una creciente colaboración, y es por ello por lo que el apoyo mutuo y la cooperación entre organizaciones de inteligencia es fundamental. El exponencial desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha permitido que esta colaboración pudiera quedar sistematizada, dando con ello carta de naturaleza a lo que se conoce como Inteligencia Colaborativa.

De acuerdo con una publicación del Grupo P&A se podría definir el término inteligencia colaborativa como aquella actividad con la que se trata de elegir la mejor opción para alcanzar una determinada meta trabajando en conjunto. 8 

8 Oliveras, Enric Francesc. 2018. Grupo P&A. https://blog.grupo-pya.com/tipos-inteligencia-lainteligencia-colaborativa-la-empresa/

Esta interpretación se sustenta en una aproximación basada en la etimología de las dos palabras que la componen, inteligencia y colaborar, pero que nos sirve como  base para entender a continuación una descripción más completa. Se trata de una forma de inteligencia emergente que resulta de la interacción de muchos  individuos que cooperan entre sí en el contexto de la cultura digital, pudiendo ser definida como:

“La inteligencia colaborativa (IC) supone una deliberación ordenada, facilitada por tecnologías sociales, que permite a un conjunto de personas crear un mejor conocimiento compartido y tomar decisiones, con mayores posibilidades de superar los retos y dificultades que plantean las distintas actividades humanas en un entorno cada vez más complejo y cambiante.” (ICXCI, Innovation Center for Collaborative Intelligence)

En esta definición se incluyen las que son las principales señas de identidad de la inteligencia colaborativa. La primera de ellas se refiere a la necesidad de compartir el conocimiento: cuanto más compartamos más tendremos. El mercado requiere respuestas rápidas y con experiencia y para ello se precisa compartir conocimientos. Es necesario saber cómo y a quién preguntar los tipos de cuestiones que abren nuestras mentes a nuevas posibilidades. En una palabra: colaborar. Si nos ceñimos al ámbito de compartir el conocimiento, entonces se limitaría al concepto de inteligencia colectiva en la que mediante la concurrencia de las acciones de un grupo de personas se llegaría a un producto final. Sin embargo, la segunda de las señas de identidad de la inteligencia colaborativa es que se mueve en el entorno de las tecnologías sociales, según la definición del ICXCI.

Por todo lo anteriormente expuesto, se requiere la asociación estratégica de consultoras de inteligencia españolas para dar una respuesta integral a las empresas nacionales, aunque no de un modo exclusivo, en sus procesos de cambio y en particular con aquellos asociados a la internacionalización.9

9 La ya mencionada Two Worlds Collaborative Intelligence, junto con Anthelex International y Bidaidea acordaron una asociación estratégica y actualmente están trabajando en la creación de una empresa del sector que podría proporcionar una amplia oferta de productos

5) CONCLUSIONES

La asociación estratégica de las empresas relacionadas con la función de la inteligencia en sus diferentes campos se muestra como un reto importante, en la medida de que con ella se podría crear un referente nacional de primer nivel frente al tradicional dominio sajón del mercado de las consultoras en inteligencia.

En el apoyo al desarrollo empresarial es fundamental detectar los indicadores del cambio mediante la aplicación simultánea de la vigilancia y la inteligencia, para así estar en las mejores condiciones para adoptar las medidas preventivas, y así contener y mitigar las situaciones no deseadas o perjudiciales para la organización propia. De esta manera, las empresas podrán estar en las condiciones más favorables para proponer, configurar y, en su caso, implementar las líneas estratégicas del cambio. En un mundo en el que la tecnología avanza a pasos agigantados se requiere una continua adaptación, lo cual supone una profunda transformación en las dinámicas y métodos de trabajo, de los que evidentemente no queda excluida la función de inteligencia, ofreciendo el modelo colaborativo una oportunidad de gran valor.

La inteligencia, al igual que la estrategia, es un área de conocimiento que requiere personal debidamente capacitado y especializado, precisando todas las empresas de su concurrencia en un entorno complejo e incierto como el de nuestros días. La primera aporta la prevención requerida en su apoyo a la toma de decisiones, mientras la segunda facilita la identificación de los factores que contribuyen a la obtención de la necesaria ventaja competitiva. Por último, quisiera resaltar el hecho de que las organizaciones (empresariales) requieren de una correcta adaptación al complejo e incierto contexto de nuestros días y para ello se debe desarrollar una profunda cultura de seguridad, entendida ésta desde una perspectiva más amplia e integral; y al mismo tiempo, conceptualizar la inteligencia como un instrumento que proporciona un indudable valor añadido, y en ocasiones imprescindible, en sus procesos de cambio.

TWCI Y LA SEGURIDAD CORPORATIVA

Profesor Jesús De Miguel

 

1. INTRODUCCIÓN

 

Podría comenzar haciendo un panegírico de la seguridad, en la medida que esta ha sido y sigue siendo un factor fundamental a considerar, ya sea en su tradicional visión estatocéntrica, ya en su relación con las organizaciones, sean públicas o privadas, pero hoy en día en un entorno nacional e internacional tremendamente complejo e incierto las empresas necesitan más que nunca incorporar la seguridad y la inteligencia a sus procesos, pasando a ser una función transversal que afecta a los diferentes departamentos y/o actividades de la empresa.

Otra cuestión que conviene resaltar en esta introducción es que cuando hablamos de la empresa, en esta palabra incluimos a todo tipo de organizaciones empresariales y evidentemente existen notables diferencias cuando abordamos la seguridad desde una gran corporación que cuando lo hacemos desde una compañía familiar, o más precisamente una pequeña empresa. Esto no quiere decir que las PYMES no deban de prestar atención a la seguridad, al contrario, éstas se ven afectadas de una manera directa y en ocasiones dramática por los riesgos, incluso en ocasiones de manera más significativa que las grandes corporaciones, las cuales cuentan con más y mejores recursos para moverse en la incertidumbre.

Desarrollar todo lo que significa el concepto de la seguridad excede con mucho de lo que pretendo en este breve artículo, el cual se focaliza en la seguridad corporativa u organizacional, y en particular cómo, mediante la aplicación una adecuada herramienta de inteligencia, permite la detección temprana de riesgos de toda índole y, en consecuencia, la anticipación y respuesta temprana a los diferentes desafíos que enfrentan las empresas, especialmente cuando estas tienen que desarrollar su actividad en mercados internacionales y con ello con un mayor grado de incertidumbre, consiguiendo con ello la anticipación, condición sine qua non de un adecuado sistema de seguridad.

2. HABLANDO DE LA SEGURIDAD EN MUNDO EMPRESARIAL

 

Para abordar la seguridad en el mundo empresarial conviene hacer un rápido recuerdo sobre algunos conceptos básicos sobre ella. En primer lugar, debemos recordar que la supervivencia del objeto a proteger es el fin último de la seguridad.

Pero, ¿qué es lo que define la supervivencia de una empresa? No se trata de establecer las prioridades entre su personal, sus activos, sus resultados económicos, etc., que todos son importantes, mas lo que determina la supervivencia de una organización empresarial es su continuidad de negocio, el cual se refiere a preservar el normal desarrollo de los procedimientos y medidas para garantizar la permanencia de las funciones esenciales de la organización.

Para determinar el alcance de la seguridad deberíamos ser capaces de dar respuestas al menos a estas tres preguntas clave: ¿qué es lo que tengo que proteger? -el objetivo-; ¿de qué/quién lo tengo que proteger? -los riesgos y las amenazas-; y ¿cómo lo tengo que proteger? -estrategias y medios-

Objeto a proteger. El fin último de la seguridad empresarial -superviviencia- es garantizar la continuidad de negocio y para ello se tienen que atender muchos aspectos. Uno de ellos, hoy en día de vital importancia como consecuencia de la interconectividad de las sociedades, es la reputación, entendida esta como el impacto y percepción de nuestra actividad en los diferentes stakeholders. Otro aspecto sobre el que se debe prestar una atención especial es sobre los procesos que conforman la operación empresarial, entendiendo que estos pueden ser afectados tanto de una manera física, como virtual, mediante un uso perverso el ciberespacio; a lo anterior debemos añadir la protección de activos; así como, y no por citarla la última menos importante, las personas, en el convencimiento que desde la dirección corporativa de una empresa existe la obligación de proteger a sus empleados. Lo anterior pone de manifiesto que también en el ámbito empresarial debemos analizar la seguridad desde un enfoque multidimensional.

Determinar aquello que nos puede afectar. Los desafíos a los que se enfrenta una empresa (amenazas y riesgos) pueden tener una dimensión física como es un daño a sus trabajadores, ya se trate de acciones delictivas (secuestro,

extorsión, etc.) como las que está relacionadas con la seguridad en el trabajo (riesgos laborales); las que se dirigen contra bienes inmuebles y muebles, como en el caso anterior, independientemente de su origen (intrusión, incendios, afectaciones por catástrofes naturales, etc.); contra sus activos ya sean económicos o financieros, debiendo protegerlos actividades delictivas como el robo, fraude, etc., ya tenga su origen dentro de la empresa como fuera de ella. Y hoy en día han tomado una importancia creciente la protección contra todo tipo de agresiones desde el ciberespacio; así como el control de las redes sociales desde la que se puede ver afectada de manera notable la reputación y por ello, la comunicación debe estar íntimamente relacionada con la seguridad.

Definir las políticas y estrategias de seguridad y disponer de la organización y los medios adecuados. Se trata con ello de integrar la seguridad como una de las políticas transversales de las empresas que, dirigidas por la alta dirección, infieren en la actividad de los diferentes departamentos de la organización. En este apartado se tendrán en cuenta el diseño de la estrategia de seguridad de la empresa, el plan de continuidad de negocio, los planes de contingencia, incluyendo los que se refiere a la gestión de emergencias y crisis. También se deberán determinar los medios necesarios para proporcionar una seguridad efectiva y eficiente en los diferentes campos de la actividad empresarial.

Una vez que se ha dado respuesta a las tres preguntas mencionadas, se puede decir que tenemos definido el armazón de la seguridad de nuestra organización, el cual determinará el grado de seguridad que se puede alcanzar, puesto que la seguridad plena es imposible, y basándose en él se estará en condiciones de determinar la vulnerabilidad que se puede asumir y en consecuencia habrá quedado definido el “nivel aceptable de inseguridad”. Esto es precisamente uno de los motivos por los que la seguridad es un problema complejo, incluso “perverso”, pues tiene lugar en al marco de la inseguridad, sin disponer normalmente de las todas capacidades necesarias, y en ocasiones ni de las competencias, para solucionarlos.

Una vez analizado como se adaptan los conceptos básicos de la seguridad a las organizaciones empresariales nos adentraremos en la descripción del modelo de seguridad corporativa. Aunque no existe una definición precisa para ella, esta

se entiende como el conjunto de políticas, procedimientos y recursos humanos, organizativos y técnicos destinados a la protección de las personas, de los activos tangibles e intangibles y de la reputación de una organización. Más allá del valor de esta definición, quizás sea más oportuno considerarla como una función, la cual tiene por objeto la identificación, gestión y mitigación, en una fase temprana, de cualquier situación que pueda amenazar la resiliencia y la capacidad de supervivencia de una organización. Desde esta doble perspectiva, se nos permite comprender su objeto, es decir la continuidad de negocio y en consecuencia la supervivencia de la empresa, así como su carácter integral al incluir a todos los elementos -tangibles e intangibles- de la organización.

La seguridad corporativa va más allá de la seguridad física de sus activos, aspecto este que, por otra parte, la vincula con la seguridad privada, incluyendo el análisis y evaluación de los diferentes procesos directivos. Estamos pues ante una función transversal relacionada con diferentes departamentos y áreas de negocio lo cual justifica que se encuentre directamente subordinada a la alta dirección.

La dirección de seguridad corporativa asumirá normalmente los siguientes cometidos generales:

 

3. QUÉ PUEDEN APORTAR LA SOLUCIONES DE INTELIGENCIA A LA SEGURIDAD CORPORATIVA EN UNA PYME

De acuerdo con lo expuesto en el punto anterior la seguridad debe observarse con cuatro diferentes lentes: la del estado o condición a alcanzar y mantener, con esta lente nos centramos en el objeto referente de la seguridad -continuidad de negocio-; la lente de la situación que debe de ser manejada, centrándose en los desafíos que afectan o pueden afectar a los valores e intereses , es decir, deberemos identificar, analizar y evaluar los riesgos y las amenazas a la

seguridad; la de la acción, o mejor conjunto de acciones a desarrollar, o lo que es lo mismo la definición de estrategias y planes, y la aplicación de medios; y la que se corresponde con la función que define la responsabilidad de los actores, entendiendo de este modo a la seguridad como un conjunto de relaciones.

Ilustración 1. Las Cuatro Lentes de la Seguridad

 

Entendida esta visión ampliada de la seguridad estaremos en mejores condiciones de comprender como puede contribuir a ella la inteligencia. Para ello utilizaremos las dos primeras lentes de las arriba descritas: la que tiene que ver con el objetivo o referente a proteger, y la que atañe a la seguridad como situación para detectar, identificar, analizar y valorar los riesgos y amenazas que pueden afectarla.

Por otra parte, la inteligencia no se limita al ámbito de la seguridad, sino que se trata de una actividad o función básica en los procesos de toma de decisiones que orientan la actividad y en su caso el cambio de toda organización empresarial, como es el caso de la inteligencia competitiva. Todo cambio está normalmente forzado, y siempre condicionado, por el contexto en el que se mueve la organización. Quiere decir, que además de conocer nuestras propias fortalezas y debilidades, se precisa conocer las oportunidades y amenazas que conforman el contexto en el que desarrollamos nuestra actividad, ya nos refiramos al Estado o a una organización empresarial. La inteligencia es pues la herramienta capital que nos va a facilitar la información precisa sobre los procesos internos, así como del contexto externo, permitiendo con ello alcanzar una posición de ventaja en la toma de decisiones.

Centrándonos en la relación de la inteligencia con la seguridad, cabe concluir, a la vista de lo hasta aquí expuesto que no es tarea fácil, sin duda, dar certeza, o al menos reducir la incertidumbre, en entornos tan complejos como los sistemas abiertos, como es el caso de la seguridad en nuestros días, y por ello la Inteligencia también ha tenido y tiene que adaptarse permanentemente a este nuevo y complejo contexto.

La primera consideración en la obtención de la inteligencia -primera lente- es que ésta debe orientarse a la que, a la postre, es su finalidad fundamental, la supervivencia del objeto a proteger: la continuidad de negocio en el caso de las empresas. Se podría afirmar que éste ha sido uno de los principios inmutables en la obtención de inteligencia: el objetivo como foco de la actividad de la inteligencia. Lo que ha cambiado no es tanto el concepto de la “inteligencia centrada en el objetivo”, como acertadamente nos propone Robert M. Clark1, sino la naturaleza del propio objetivo, el que tradicionalmente ha sido un sistema cerrado en el que las interacciones exteriores eran relativamente limitadas, para pasar hoy en día a constituir un sistema abierto, con unos niveles de relaciones mucho más extensos, con organización no lineal, sin responder a un orden jerárquico, y caracterizados por mayor dinamismo. Un sistema en sí mismo complejo.

Desde la lente de la situación para entender la seguridad, ésta se centra sobre los riesgos y las amenazas, lo que requiere a su vez un exhaustivo análisis del contexto.

Los riesgos, de naturaleza y origen muy variables, son también muy numerosos, máxime en el contexto de complejidad e incertidumbre ya descrito, por ello resulta materialmente imposible atender de manera permanente a todos ellos y en consecuencia se trata de priorizar los esfuerzos en base a su impacto sobre el objeto a proteger y la probabilidad de que se materialice. De manera que sobre los más probables y peligrosos será necesario establecer unas medidas permanentes de prevención y respuesta, sobre aquellos que aún siendo de menor probabilidad su impacto sea considerable (umbral de riesgo) se formulan

 

1 Clark, Robert M. 2017 “Intelligence Analysis. A Target Centric Approach. SAGE. London, UK

planes y o medidas de contingencia, y para el resto se deberán establecer los correspondientes sistemas de alerta (temprana).

Desde la perspectiva del análisis, éste ha tenido que centrarse de una manera más eficiente atendiendo a esta mayor complejidad del objetivo, esto, entre otras consecuencias, ha motivado la necesidad de reconfigurar el tradicional y rígido ciclo de inteligencia, para conformar uno más abierto y dinámico. Pero, además, atendiendo al carácter multidimensional de la seguridad ha motivado a que la inteligencia se haya visto obligada a ampliar sus campos de actuación, lo que ha motivado abrir nuevos conceptos como es el de la Inteligencia Colaborativa, la cual supone compartir el conocimiento apoyándose en las nuevas tecnologías, de manera que se podría decir que la Inteligencia ha pasado de “la información es poder” a “el conocimiento es compartir”. Consecuencia directa de estas dos orientaciones, y posiblemente causa de ellas ha sido el desarrollo exponencial de las nuevas tecnologías, lo que, entre otras cosas, ha alterado la relación entre las diferentes fuentes de Inteligencia, cobrando una importancia creciente las fuentes abiertas (OSINT).

Para ser competitivo en la economía global de nuestros tiempos, debemos aprender a pensar de manera colaborativa e innovadora. Son muchas las organizaciones que desde hace unos años apuestan por el reclutamiento y la retención de talento corporativo, con lo que partimos de la base de que contamos con empresas repletas de talento y de ideas innovadoras que encuentran un terreno propicio en los entornos que favorecen la colaboración, y que por supuesto cuentan con los recursos tecnológicos y la financiación para poder llevar a cabo proyectos ambiciosos.

“The fact that we are different doesn’t mean that one of us is wrong. It just means that there’s a different kind of right” (Faith Jegede)

Conscientes de esta necesidad del mundo empresarial Two Worlds Collaborative Intelligence (TWCI)2 ha desarrollado un modelo de colaboración novedoso y adaptado a las necesidades de los clientes, orientado tanto a las grandes como

 

2 Empresa española de consultoría en seguridad e inteligencia estratégica, en particular sobre los procesos complejos de la internacionalización, los cuales requieren contar con el más amplio conocimiento posible del contexto exterior para identificar las oportunidades y amenazas, así como disponer de la información oportuna y precisa de los requisitos normativos del país de destino, y todo ello sin olvidar la necesidad de conocer y entender los diferentes modelos culturales.

a las medianas y pequeñas empresas, siendo estas últimas las que tienen mayores dificultades para contar con sus propios equipos de inteligencia. Para ello ha construido una red de colaboradores en diferentes áreas de conocimiento y en distintas regiones del mundo que permite la integración de productos de inteligencia eficientes y competitivos.

Uno de estos productos es el denominado “Sistema de Vigilancia e Inteligencia”, como una de las herramientas más importantes para el desarrollo de nuevos negocios, para con ella acelerar y respaldar la toma de decisiones en proyectos con alta incertidumbre.

 

Ilustración 2. Sistema de Vigilancia e Inteligencia by TWCI

 

Aunque se traten de dos conceptos diferenciados son, a su vez, complementarios. Mientras la vigilancia centra su actividad en la identificación de necesidades y monitorización sistemática, organizada y permanente de información relevante para su empresa, la inteligencia se encarga de analizar dicha información para transformarla en conocimiento útil para su organización.

La convergencia de ambas materias conforma el Sistema de Vigilancia e Inteligencia (SVI), el cual consiste en un procedimiento ético y sistemático de recolección, análisis, difusión y comunicación de información estratégica empresarial que tiene como fin último mejorar la toma de decisiones.

Independientemente de qué tipo de dimensión de actuación quiera darse, la vigilancia y la inteligencia como herramienta integrada supondrá varios beneficios para la actividad de la empresa en la medida que contribuye a

disminuir la incertidumbre; a acelerar los proyectos de innovación, identificando socios tecnológicos o comerciales e incentivando actividades cooperativas y colaborativas; a definir las estrategias de innovación y de desarrollo; a reducir la subjetividad e influencia de sesgos cognitivos; reforzar la prevención mediante un sistema de alertas tempranas sobre cambios en el entorno y en cualquier ámbito de interés para la empresa; así como detectar riesgos, entendiendo éstos como amenaza y como oportunidad, así como identificar las debilidades y las fortalezas de la organización.

Se trata de un producto de amplio espectro, cuyas principales áreas de actividad son:

 

El SVI es aplicable a cualquier tipo de empresa gracias a la capacidad de TWCI de adaptarse a las necesidades concretas de su organización independientemente de su tamaño, sector o zona geográfica.

Incluso si aún posee procesos muy tradicionales, el SVI le ayudará a entender cuáles son las innovaciones más idóneas para ciertas áreas de su empresa, sin tener que pasar por un proceso de “ensayo y error” poco informado. El SVI dará soluciones más viables, acertadas y concretas.

Se trata de un producto que genera valor mediante la realización actividades encaminadas a:

 

4. CONCLUSIONES

Ilustración 3. El SVI como valor añadido

 

A la hora de diseñar las políticas y estrategias de seguridad es importante tener presente dos patrones de conducta irrenunciables. El primero es que la seguridad es proactiva y en consecuencia se precisa disponer de las herramientas necesarias para anticiparnos a las situaciones adversas, siendo la principal de ellas la Inteligencia la que ayudará a mantener la ventaja competitiva. Pero asumiendo la necesidad de anticipación a los acontecimientos, también, y no menos importante, se debe fomentar la “cultura de crisis”, es decir la capacidad de tomar decisiones ante acontecimientos no previstos, sin temor al error. Al contrario, el error es una extraordinaria fuente de aprendizaje, mientras que la inacción, característica de la “cultura del miedo”, supone el camino al fracaso. El segundo patrón de conducta es comprender que los procesos de toma de decisiones estratégicas se fundamentan en “hacer lo correcto”, es decir determinar de manera clara el fin y los medios a emplear, mientras que en los niveles más bajos de decisión se trata de “hacer las cosas bien”, pues el camino ya está trazado. En ambos niveles de decisión se requiere

contar con la inteligencia adaptada a la situación y acorde con las necesidades de la organización

La seguridad es algo que no se improvisa, es un área de conocimiento de muy amplio espectro que precisa una gran preparación. Esta es una función básica para cualquier organización, en consecuencia, al igual que a nivel nacional la seguridad es una de las principales políticas de cualquier organización, en una empresa la seguridad debe de estar directamente vinculada a la alta dirección.

La inteligencia es una herramienta irrenunciable para los tomadores de decisiones y hoy en día, atendiendo a la amplitud de campos que abarca y a la propia complejidad del entorno en el que las empresas desarrollan sus actividades la inteligencia colaborativa está cobrando una importancia creciente. De un modo sintético se podría afirmar que ésta es más propia de grupos de trabajo que de grandes masas de personas; que se ve facilitada cuando el objetivo a conseguir o reto a superar se encuentra bien identificado y definido; que requiere una precisa selección de los participantes en el proyecto, con base en sus competencias y habilidades; y debe contar con las herramientas digitales adecuadas para su desarrollo.

El Sistema de Vigilancia e Inteligencia desarrollado por TWCI, y customizado a cualquier empresa, supone un proyecto de gran valor para proteger tanto los elementos tangibles como los intangibles de una organización; para identificar las oportunidades de desarrollo de negocio; y para detectar las señales de alarma que prevengan situaciones no deseadas.

LA INTERNACIONALIZACIÓN CON INTELIGENCIA
Profesor Jesús De Miguel

INTRODUCCIÓN

En el día de ayer tuvimos ocasión de participar en una nueva presentación de nuestra Guía sobre Seguridad e Inteligencia Estratégica para Pymes, en esta ocasión en un evento organizado por el ISEN de Cartagena, Centro Universitario dependiente de la Universidad de Murcia, el cual fue presidido y moderado por el propio Rector Magnífico de esa Universidad. El acto contó con la presencia de los presidentes del Consejo General de Economistas de España y de la Cámarade Comercio de España, quienes tomaron la palabra para señalar la importancia que tiene un documento como este en apoyo a las Pymes, que constituyen uno de los principales soportes de la economía. Participaron también los presidentes de las Cámaras de Comercio de Murcia, Cartagena y Lorca, además de otras personas vinculadas al mundo universitario y al mundo empresarial. Quien escribe este artículo, como socio de TWCI, tuvo el honor de presentar el contenido de la Guía de la que es uno de los autores.

Eventos como éste no hacen sino poner de manifiesto la importancia que día a día va adquiriendo el apoyo a las empresas en sus procesos de internacionalización, y en ello cobra una particular importancia el poder contar con una apropiada inteligencia. Antes de continuar avanzando conviene hacer una breve incursión en el concepto de internacionalización, que va más allá de los tradicionales procesos de exportación, cuyo objetivo es fundamentalmente poner un producto en el mercado exterior, mientras que aquella podría entenderse con un mayor alcance
como más adelante veremos. La exportación podría ser considerada como el primer estadio de la internacionalización, la cual culminaría con implantación, es decir contar con establecimientos propios para llevar a cabo su actividad en otros países. Pero cuando hablamos de implantación no nos limitamos a una simple “representación comercial”, sino al desarrollo de su actividad empresarial fuera del territorio nacional propio.

Como primer paso antes de iniciar este proceso de internacionalización la empresa debe ser capaz de responder al por qué y para qué se va a dar ese paso. Para dar una respuesta acertada a estas dos cuestiones se precisa disponer de un amplio conocimiento del contexto, del entorno social, económico y geográfico en el que la empresa pretende implantarse, conociendo y asumiendo las diferencias culturales a las que nos vamos a enfrentar, que son en ocasiones de gran calado.

Deberemos asimismo conocer los trámites legales que conforman la normativa del país, organismos públicos relacionados con la actividad empresarial, empresas españolas que están operando en el país, principales competidores, entre otros muchos aspectos.

CÓMO PUEDE TWCI APOYAR A LAS EMPRESAS EN SUS PROCESOS DE
INTERNACIONALIZACIÓN.

La internacionalización es en sí misma un proceso complejo e incierto, el cual, para que aporte un valor añadido a la organización y ésta cuente siempre con la necesaria ventaja estratégica, las empresas que lo acometen deberían apoyarse en herramientas de seguridad e inteligencia (estratégica). La mayoría de los aspectos que conforman estos dos campos son ajenos en gran parte de las organizaciones al conocimiento de su staff directivo, por cuanto requieren de una importante especialización.
Conscientes de esta creciente necesidad del mundo empresarial, y en particular de las Pymes, TWCI, como sustento de su visión estratégica, desarrolló el embrión de la Guía sobre Seguridad e Inteligencia Estratégica para Pymes (GSIEP). En ella se establece como una de las premisas de partida el hecho de que cuanto más incierta es una situación o contexto más necesario es para cualquier organización contar con una inteligencia oportuna y precisa.

Las empresas de cualquier tamaño y dimensión, especialmente aquellas que están empezando un proceso de internacionalización o se encuentran ya internacionalizadas, precisan de un conocimiento lo más detallado posible del entorno en el que se desarrolla su negocio. Se habla de necesidad de tener una superioridad informativa, pero este término, sin más, no refleja la amplitud del concepto de inteligencia. (GSIEP, pág. 9)

Resulta una obviedad mencionar una vez más el carácter global de la economía en nuestros días, y para ser competitivo en este contexto debemos aprender a pensar y actuar de manera innovadora y colaborativa. Este se puede decir que es el principio clave de una inteligencia colaborativa, la cual constituye el modelo de negocio de TWCI, cuya columna vertebral es la propia GSIEP, cuyos criterios más relevantes paso a enumerar:

1. El primero de ellos tiene que ver con la idea fundamental que versa sobre la necesidad que hoy en día tienen las empresas en general, pero de una manera muy especial aquellas que están inmersas en procesos de internacionalización de contar con el soporte de los productos y servicios de  Seguridad e Inteligencia. Por una parte, este tipo de servicios requiere  personal y medios con un alto grado de especialización y una importante red  global de colaboradores, algo que muy pocas empresas pueden conformar  por sí mismas; incluso las grandes corporaciones obtienen en muchos casos  una mayor rentabilidad externalizando este tipo de servicios, o al menos algunos de ellos. Por otro lado, el mercado de la inteligencia y la seguridad en el ámbito empresarial ha estado dominado tradicionalmente por las empresas anglosajonas, las cuales han sabido combinar adecuadamente lo público y lo privado, en el entendimiento de que el éxito de las empresas nacionales no hace sino fortalecer la estabilidad y desarrollo de sus respectivos Estados.

Es necesario romper la brecha entre lo estatal y lo empresarial, entre lo público y lo privado, para buscar la complementariedad, única manera de  competir con éxito en el complejo escenario internacional.

2. El segundo criterio se refiere al complejo entorno geoestratégico, en el que desarrollan su actividad las empresas y corporaciones, caracterizado, entre otros factores, por un creciente nivel de incertidumbre, haciendo más importante, si cabe, dotarse de unas adecuadas herramientas de inteligencia para entenderlo en toda su amplitud y complejidad y para gestionar eficazmente la incertidumbre que genera.

Un contexto que podríamos definir como el del paradigma de la complejidad, atendiendo a los diferentes actores, a la propia sociedad, o a la necesidad de abordarlo desde un enfoque holístico. En síntesis, este entorno geopolítico se encuentra caracterizado fundamentalmente primero, por una falta de liderazgo global, se podría decir que estamos inmersos en un sistema
internacional “unimultipolar” (Huntington) y además descentrado con una  creciente importancia de lo regional frente a lo global; segundo, por la variable situación económica, afectada simultáneamente tanto por la deslocalización de los mercados como por el proteccionismo, unido todo ello a la grave crisis existente a nivel mundial, aunque con diferente impacto en los distintos países; tercero, por la globalización digital, causa y efecto de que las empresas se encuentren inmersas en continuos procesos de cambio; y en  cuarto lugar, aunque no menos importante que las anteriores, por la profunda transformación de nuestras sociedades, y de una manera muy particular por el impacto social que en ellas tiene el miedo, se trate a una situación de peligro, como es el caso de la pandemia de la COVID-19, como a la incertidumbre asociada al cambio.

3. El tercer atributo sobre el que quiero poner el énfasis estriba en el enfoque  con el que abordamos la seguridad. Para comenzar mencionar que lejos de  considerar la seguridad como un estado a alcanzar, centrándonos únicamente en el objeto a proteger (activos, personas, marca, reputación, etc.), la entendemos también como una situación, lo que nos permite analizar en profundidad los desafíos a los que se enfrentan las empresas en sus procesos de internacionalización (identificar oportunidades y amenazas); pero además, la concebimos también como acción a emprender, para determinar con ello las estrategias a aplicar y los medios a emplear (plan de negocio, planes de contingencia); como una cuarta dimensión de la seguridad, la percibimos como una función, para con ella fijar las responsabilidades del que es un proceso transversal y que por ende afecta a toda la organización, la misma seguridad.

Como síntesis se podría decir que en la Guía se aborda la seguridad desde  una dimensión ampliada, acorde a su complejidad en nuestros días, lo que  hemos denominado la seguridad de 360º para significar su verdadera dimensión: multidimensional, por los campos que aplica, global, atendiendo a su particularidad de tener que responder a riesgos globales; holística, al requerir una gran variedad de respuestas; e integral, al considerar que afecta a la organización como un todo. No se debe pasar por alto que en este concepto ampliado de la seguridad (cuando está referida al ámbito nacional), las empresas juegan un papel fundamental en el desarrollo del Estado, contribuyendo a alcanzar los intereses nacionales.

4. El cuarto concepto que se aborda es el de la Inteligencia, entendida como una actividad o función básica en los procesos de toma de decisiones, que orientan la actividad y en su caso el cambio de toda organización empresarial. Todo cambio está en ocasiones forzado y siempre condicionado por el contexto en el que se mueve la organización. Quiere decir que además de conocer nuestras propias fortalezas y debilidades, se precisa conocer las oportunidades y amenazas que conforman el entorno en el que desarrollamos nuestra actividad empresarial. La inteligencia es pues la herramienta capital que nos va a facilitar la información precisa sobre los procesos internos, así como del contexto externo, permitiendo con ello alcanzar una posición de ventaja en la toma de decisiones.

Se puede afirmar que cuanto mayor es la percepción de riesgos, más elevado es el grado de incertidumbre y que cuando no se dispone de certeza existe una mayor necesidad de cambio. En consecuencia, siendo la inteligencia la herramienta fundamental para reducir el impacto de los riesgos, es a su vez un eficaz instrumento en la identificación y análisis de los factores del cambio, lo que la convierte en una disciplina esencial en la dirección estratégica de una organización.

Por lo anterior, consideramos la inteligencia como una actividad en alza,  porque las empresas necesitan de esta función más que nunca. La parte positiva de esta necesidad es que hoy en día esta función se ve facilitada por el desarrollo de las nuevas tecnologías. Éstas facilitan la interconexión y la cooperación, lo que da sustento al concepto de inteligencia colaborativa, la cual permite  alcanzar grandes objetivos con unos medios más reducidos y un gasto asumible por la mayoría de las organizaciones empresariales.

Es importante crear un mercado nacional de inteligencia adaptado a las particularidades de nuestras empresas, alejándonos de soluciones  generalistas, ofreciendo productos “ad hoc” que orienten y rentabilicen el  esfuerzo de las Pymes, siendo precisamente este uno de los objetivos  fundamentales al que quiere contribuir TWCI.

 5. El quinto código tiene que ver precisamente con la aplicación de la inteligencia al mundo empresarial. La Inteligencia genera conocimiento especializado y es el resultado de un proceso sistemático y normalizado que transforma la información disponible, obtenida por medios y recursos dispares. La utilidad de la inteligencia a la actividad de las empresas se manifiesta en dos campos principalmente:

• El primero de ellos es el relacionado con la necesidad de asegurar la continuidad del negocio y el valor reputacional, desarrollando para ello el análisis de inteligencia centrado en el objetivo y sustentado en los tres niveles clásicos: el estratégico, íntimamente vinculado con el análisis estratégico, que nos permita tener una ventaja competitiva; el operacional, centrado fundamentalmente en el lanzamiento y comercialización de un determinado proyecto o servicio; y el táctico, para tener un conocimiento lo más amplio posible del desarrollo de negocio y la seguridad del personal y los activos de la empresa. En la imagen se resumen algunas de las razones por las que se recomienda que las empresas cuenten con la función de inteligencia. La inteligencia es en sí misma proactiva y reconoce que la ausencia de acontecimientos dramáticos no asegura la ausencia de amenazas competitivas, por lo que se debe volcar el esfuerzo en la detección de señales de alerta y en la prevención de riesgos.

• El segundo de los campos a los que se orienta la inteligencia en el mundo empresarial es a garantizar y reforzar la competitividad de la organización, a través del análisis estratégico, para determinar los objetivos a alcanzar e identificar nuestros principales competidores y colaboradores. Este planeamiento debe estar fundamentado en la información, que será de nulo valor si no está contextualizada y analizada convenientemente, es decir transformada en inteligencia.

 

6. El sexto concepto que se aborda en la Guía Estratégica es el de la Inteligencia Colaborativa, la cual es el resultado de la interacción de muchos individuos que se interrelacionan entre sí en el contexto de la cultura digital. Es decir, se trata de compartir el conocimiento -cuanto más compartamos más tendremosmáxime en un mundo de extraordinaria complejidad en el que es imposible abarcar de forma directa todos los ámbitos de la inteligencia. Además, este intercambio de conocimiento se realiza de manera proactiva amparado en el entorno de las tecnologías sociales.

En las empresas, hoy más que nunca, que vivimos en un mundo global y digital donde las tecnologías de la información avanzan a pasos agigantados, empieza a ser necesario potenciar la inteligencia colaborativa para conseguir compañías inteligentes, capaces de adaptarse a cualquier cambio y necesidad.

“Buscamos la integración de agencias y profesionales con diferentes capacidades y hacemos posible una red social de colaboración más amplia y efectiva” (Pedro Cid Sánchez Vizcaino, CEO TWCI)
Como corolario a estos seis criterios se proponen las soluciones que se pueden ofrecer a las diferentes empresas, las cuales tienen lugar en cuatro áreas principales, que conforman los servicios que ofrece TWCI (https://twoworldsci.com/servicios/): Inteligencia, en lo que se refiere al análisis de riesgos, informes corporativos o estudios de competitividad; Seguridad, que comprenden informes de auditoría, el apoyo en la gestión de riesgos y el diseño de planes y procedimientos; Investigación corporativa, especialmente en asuntos de “Due Diligence”; y Formación, orientada tanto al personal que desarrolla o pueda desarrollar este tipos de labores específicas, como a crear en la organización una efectiva cultura de seguridad e inteligencia.

En el marco de los cuatros servicios referidos, TWCI ha desarrollado varios productos específicos, entre los cuales se destacan, por su aplicación a los procesos de internacionalización, los siguientes:

• Asistencia en viajes. Está diseñado para proporcionar asistencia en
materia sanitaria y de seguridad tanto a los expatriados, como a aquellos directivos u otro personal de la empresa en sus desplazamientos. La asistencia cuenta con un servicio de geolocalización 24/7 y de generación de alertas. Se complementa con un informe básico riesgo-país que puede ser ampliado en función de las necesidades e intereses del cliente. En este producto colaboran, además de TWCI, como responsable del área de seguridad, las empresas españolas Medical Claims International y Geobox

• Comprehensive Response. Diseñado para proporcionar al consumidor una respuesta integral en los campos de la competitividad, la seguridad y la ciberseguridad. En él participan Anthelex International, TWCI y The Security Sentinel, respectivamente, todas ellas empresas españolas especializadas en diferentes ámbitos de la inteligencia y seguridad. Como en todos los productos ofertados, no se trata de una oferta generalista, sino que se adapta a las necesidades e intereses del cliente.

• Risk Rating by TWCI. Constituye la base para nuestros procesos de análisis de riesgo. Se trata de un estudio inicial sobre 170 países en los que se han considerado tres parámetros, estabilidad del Estado, situación social y sanitaria, y situación de seguridad. Para cada uno de ellos se han contemplado entre 5 y 6 indicadores debidamente parametrizados, lo que permite una primera aproximación para construir un informe de riesgopaís.

• Sistema de Vigilancia e Inteligencia (V&I). Se trata en este caso de un
producto innovador de inteligencia preventiva y de amplia aplicación en el ámbito empresarial. Es fácil encontrar su utilidad para preservar el valor reputacional, pero puede ser aplicado en otros campos de la actividad empresarial como la competitividad, apoyando la búsqueda de nuevos mercados y oportunidades de negocio; o la propia seguridad, facilitando la identificación de riesgos y la definición del entorno estratégico. Se apoya en un seguimiento exhaustivo de las RRSS, sustentado por un software de búsqueda, que permite consolidar un sistema de alertas que, debidamente explotado, permite ofrecer productos de inteligencia a nuestros clientes.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Como conclusión a este artículo quisiera llamar la atención precisamente sobre su título “La Internacionalización con Inteligencia” pues lo que podría parecer un simple juego de palabras, no hace sino poner el énfasis en la necesidad para las empresas de contar con la Inteligencia para acometer un proceso tan trascendental como es la apertura de la actividad empresarial a nuevos mercados en el exterior, ya hablemos de los procesos menos complejos como las operaciones de exportación, hasta la implantación de la actividad de la
empresa en el exterior.

Es importante insistir en una de las ideas capitales de este artículo, cual es el hecho de que la incontestable necesidad de contar con la inteligencia para la correcta toma de decisiones requiere que ésta sea vista por las empresas como una inversión, la cual aportará beneficios que de otra forma sería muy difícil conseguir. El contar con empresas nacionales especializadas en esta función permite ofrecer a las empresas soluciones individualizadas, culturalmente coherentes y siempre adaptadas a sus necesidades y posibilidades.

TWCI se adapta al cliente y no es el cliente quien se tiene que adaptar. Se podría afirmar que ofrecemos proyectos adaptados “llave en mano”, diseñados por expertos de contrastada experiencia.

Two Worlds Collaborative Intelligence, como reza su nombre, es una de las pocas empresas españolas que desarrollan su actividad en este campo de la inteligencia, y que surge como consecuencia de la creciente dificultad de la especialización en los diferentes ámbitos de la inteligencia en un entorno cada vez más complejo e incierto.

“Hoy más que nunca, al vivir en un mundo global y digital donde las
tecnologías de la información avanzan a pasos agigantados, empieza a
ser necesario potenciar la inteligencia colaborativa para conseguir
compañías inteligentes, capaces de adaptarse a cualquier cambio y
necesidad” (GSIEP, pág.45)

 

 

El taller se centra en fomentar la cultura de seguridad e inteligencia en el sector empresarial, mediante la difusión en el mundo académico de la Guía sobre la Seguridad y la Inteligencia Estratégica para Pymes que, desarrollada por TWCI, ha sido publicada por la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas de España. Se fijan para ello los siguientes objetivos:

 

PROGRAMA Y DISEÑO CURRICULAR

El taller se compone de tres temas, los cuales se desarrollarán en cuatro clases:

Cada una de estas tres sesiones se desarrollará con arreglo al siguiente esquema:

 

PROFESORADO

Coordinador docente: Francisco Perosanz

Profesor: Jesús De Miguel

INSCRÍBETE AQUÍ

«Una guía que orienta sobre la necesidad de la inteligencia y seguridad en los procesos de internacionalización de las pymes»

La competitividad empresarial es un concepto complejo y dinámico, reflejo de la capacidad de producir bienes y servicios en un mercado integrado en la economía mundial de un modo tal que permita el crecimiento sostenido de la productividad y de los ingresos. La mejora de la competitividad de toda empresa debería ser el núcleo vertebrador de su estrategia y operativa empresarial.

Detrás del concepto de competitividad se distinguen dos bloques de factores. Por una parte, las cuestiones de carácter microeconómico o empresarial, aquellos aspectos caracterizados por la capacidad de la empresa para incidir sobre los mismos (estrategia, diseño, reputación, innovación, gestión de los recursos humanos, etc.). A estos se suman determinados factores del entorno externo de las empresas que influyen sobre la competitividad empresarial, como las infraestructuras (transporte, comunicaciones, energéticas), la calidad institucional o el marco regulatorio de la actividad económico-empresarial, entre otros. Un factor clave y de relevancia creciente en el ámbito de la competitividad interna, empresarial o microeconómica, lo constituye la decisión y habilidad para articular una inteligencia empresarial o competitiva propia. Esto es, ser capaz de aglutinar información relevante, aplicar las técnicas de análisis adecuadas, y extraer un conocimiento que, aplicado a la toma de decisiones, ofrezca una inteligencia que contribuya a asegurar las operaciones y la continuidad y competitividad del negocio.

 

Descarga la Guía completa aquí

 

 

De este modo, la inteligencia aplicada al ámbito empresarial es un factor clave para la seguridad de la compañía y un refuerzo de la capacidad de la empresa para mejorar el proceso de toma de decisiones y garantizar el progreso futuro de la compañía. Estas evidencias aún son desconocidas o no aplicadas por una parte relevante de nuestro tejido empresarial, especialmente pequeñas y medianas empresas. Por ello, el Consejo General de Economistas de España y la Cámara de Comercio de España, con la colaboración adicional de Two Worlds Collaborative Intelligence, hemos elaborado y editado una guía capaz de orientar sobre
la necesidad de la inteligencia y seguridad en los procesos de internacionalización de las pymes.

El equipo de trabajo, conformado por reconocidos especialistas en las diferentes materias abordadas y dirigido por Jesús de Miguel, Salvador Marín y Raúl Mínguez, ha preparado un documento de referencia para comprender el contenido y relevancia de los conceptos de inteligencia y seguridad aplicados al mundo empresarial, su interrelación, y analizar la posible evolución del actual escenario geoestratégico, marcado por la pandemia del COVID-19. Además, se proporcionan criterios para evaluar el grado de conocimiento y aplicación de estos conceptos en las empresas, describiéndose las diferentes soluciones de seguridad e inteligencia estratégica internacional existentes para las pymes.

En suma, una completa guía para ayudar a las pymes a consolidar su negocio y sentar las bases para su expansión exterior, especialmente relevante en momentos de incertidumbre como los actuales. Debemos agradecer la minuciosa labor del equipo participante en esta guía, así como el apoyo al proyecto por parte de Inmaculada Riera, Directora General de la Cámara de Comercio de España, y Andrés Pereda, Director de Desarrollo Corporativo de dicha institución. Con esta publicación, queremos manifestar nuestro firme compromiso con el tejido productivo de nuestro país, con su internacionalización y con su capacidad para afrontar el presente desafío derivado de la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales

 

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