– Jesús De Miguel, Socio fundador.

INTRODUCCIÓN

Quiero comenzar haciendo alusión a una expresión que utilizó el General de Ejército D. Félix Sanz Roldán durante su intervención en la primera edición de las jornadas de reflexión sobre la inteligencia aplicada al mundo empresarial que organiza nuestra consultora Two Worlds Collaborative Intelligence (TWCI), manifestando la necesidad de “desacralizar la inteligencia”. Esta proposición, a mi parecer muy apegada al concepto de Inteligencia Colaborativa (IC) que constituye el “core” de la actividad empresarial de TWCI, no es baladí, al contrario, encierra un mensaje muy importante en el complejo mundo de nuestros días.

Este vocablo –desacralizar– en su acepción de la RAE de perder su carácter sagrado no significa perder importancia; todo lo contrario, lo que hace es hacerla más accesible, ampliar su campo de conocimiento, y darle con ello una nueva dimensión. En este sentido consideramos que el nuevo enfoque (desacralizado) que precisa la Inteligencia para adaptarse al incierto mundo de nuestros días se fundamenta en los siguientes tres pilares:

En síntesis, la desacralización de la inteligencia nos conduce precisamente a una colaboración más amplia y profunda. Colaboración que debe ser entendida tanto de una manera horizontal entre órganos de inteligencia y/o consultoras especializadas, como verticalmente en lo que se refiere a la contribución de estas compañías de inteligencia para alcanzar los objetivos de los grupos empresariales.

UNA REFLEXIÓN SOBRE EL IMPACTO DE LAS EMPRESAS EN LA SEGURIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL.

Gran parte de los servicios y productos de nuestro porfolio están orientados a los procesos de internacionalización de las empresas. Sin embargo, pocas veces desde el mundo empresarial se ha parado a reflexionar el papel que juegan éstas en la seguridad internacional y nacional.

El ámbito internacional, otrora casi exclusivo de los Estados, hoy es compartido por actores de muy diferente condición como son, entre otros, las diferentes organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales, y las corporaciones multinacionales. Incluso, yendo un paso más allá, si hablamos de poder económico, las economías de muchos Estados son menores que los presupuestos que manejan estas grandes empresas.

De acuerdo con la ONG Global Justice Now (https://www.globaljustice.org.uk/news/10-biggest-corporations-make-more-money-most-countries-world-combined/), la empresa estadounidense Walmart ocupa el décimo lugar en una lista combinada de Estados y grandes corporaciones, delante de economías como la de España, Australia o Países Bajos, por ejemplo. En esta lista, cinco multinacionales se encuentran entre las 20 economías más fuertes del planeta, lo que supone el 25% de este ranking. Pero es más, si tomamos como referencia las cincuenta primeras, este porcentaje lleva a las grandes empresas privadas a ocupar el 50% de esos lugares.

Lo anterior condiciona sin duda las dinámicas y la propia configuración del sistema internacional y de las relaciones internacionales, poniendo de manifiesto el peso que tiene el sector privado en el tejido económico internacional, incluso en la configuración de las agendas políticas, al inicio de esta tercera década del siglo XXI.

Si nos ceñimos al ámbito nacional español, su producto interior bruto (PIB) para el año 2020 se fijó en 1,12 billones de euros, mientras que las empresas del IBEX35 tuvieron unos ingresos de 393.000 millones de euros, lo que supone un porcentaje de más de un 35% del PIB. Si a estas cifras añadimos el impacto que la actividad de las cerca de 2.900.000 Pymes tiene en la economía del país, estimado en más de un 50% del PIB nacional, es fácil concluir la importancia del sector privado en la economía nacional.

Si tenemos en cuenta que todas ellas se mueven en un entorno de gran complejidad e incertidumbre, nos podemos preguntar si están en condiciones de abordarlo. Posiblemente la respuesta sea negativa, lo que da pie a una segunda cuestión, sobre cuáles podrían ser las razones por las que, aún poniendo tanto en juego, no dispongan de las herramientas que les permitan identificar y anticipar, de un modo oportuno y eficiente, situaciones que pueden generar consecuencias no deseadas o generadoras de riesgos.

Desde la visión multidimensional de la seguridad y considerando los datos arriba expuestos sumariamente, parece incuestionable la vinculación del sector privado y la propia seguridad nacional. Lo que se podría justificar en primer lugar, al considerar que toda actividad empresarial genera un impacto económico, el cual tiene un efecto de causalidad con las políticas económicas nacionales en un doble sentido, por un lado, en la medida que los resultados de las empresas favorecen la estabilidad y el progreso económico; y por otro, en la medida que las políticas económicas influyen en los resultados de las compañías privadas. Segundo, las políticas económicas tienen una relación directa con la seguridad en la medida de que, por una parte, son un instrumento para alcanzar y consolidar los intereses nacionales, y por otro, no menos importante, contribuyen al desarrollo de la sociedad, dando carta de naturaleza al enfoque de la seguridad desde la emancipación. Y en tercer lugar, parece incuestionable que a mayor fortaleza del tejido empresarial se produce un mayor crecimiento económico, lo que a su vez redunda en una más sólida seguridad nacional.

NECESIDAD DE UNA CONVERGENCIA MÁS SÓLIDA ENTRE LOS SECTORES PÚBLICO Y PRIVADO.

Establecidas las razones por las que el sector privado contribuye no solo al desarrollo económico del país, sino a la propia seguridad nacional, el siguiente paso es establecer los mecanismos que deben orientar la convergencia de los sectores público y privado, algo que cada vez se muestra más necesario, y en las antípodas de los discursos populistas, cuando se limitan a enfatizar la importancia de lo público sobre la base de demonizar lo privado; discurso, por cierto que fuer, y sigue siendo, el fundamento de las políticas de todas las dictaduras comunistas.

La OTAN desarrolló en el año 2008 el concepto “Comprehensive Approach” (Enfoque Integral), sobre el que pivotaba la cooperación cívico militar en situaciones de crisis. Con él se asumía una responsabilidad compartida; por un lado, las corporaciones civiles deben disponer de sus correspondientes planes de seguridad adaptados a la situación y, por otra, se establecerán las sinergias correspondientes entre éstas y las organizaciones estatales para definir y alcanzar objetivos compartidos.

Si bien es cierto que este concepto proporciona un espacio marco de colaboración entre lo público y lo privado en situaciones y en escenarios de crisis, no es menos cierto que las Estrategias de Seguridad Nacional de la mayoría de los países que las han desarrollado, entre ellos España, contemplan esta necesidad de cooperación con el sector privado.

Refiriéndonos a la cooperación entre sector público y el privado, una vez más el modelo anglosajón está en clara ventaja, posiblemente por una mayor vinculación entre las políticas exterior y comercial. Lo que no es óbice para que la Estrategia de Seguridad Nacional de España (ESN) en el quinto de los objetivos generales que enumera en el Capítulo 5 haga referencia a la cooperación entre los sectores público y privado:

“Fortalecer la proyección internacional de España. Proteger los intereses de España en el exterior es clave para la Seguridad Nacional. (…) España seguirá protegiendo los intereses de sus ciudadanos y empresas más allá de sus fronteras a través del Servicio Exterior del Estado, promoviendo así el incremento de las exportaciones y de las inversiones de las empresas españolas en el exterior”

Por su parte, la Estrategia de Acción Exterior española incluye entre sus objetivos “la Asistencia y Protección de los Españoles en el Exterior” y “la promoción de los intereses económicos de España en el Exterior”

En síntesis, tenemos el marco normativo, aunque cabe preguntarse si realmente el modelo de convergencia entre ambos sectores es el adecuado, pero sobre todo si se dispone, y se encuentra normalizados los necesarios mecanismos para su implementación.

LA COOPERACIÓN EN EL CAMPO DE LA INTELIGENCIA

Son muchos los ámbitos de convergencia entre público y privado, pero ciñéndonos al campo de la Inteligencia, se puede afirmar que en el caso español hoy en día es más bien escaso, posiblemente porque quizás aún estemos comenzando a desacralizar la Inteligencia, utilizando las palabras del general Sanz Roldán.

Resulta una obviedad mencionar una vez más el carácter global de la economía en nuestros días, y para ser competitivo en este contexto debemos aprender a pensar y actuar de manera innovadora y colaborativa; se trata de aprender a saber qué, dónde y a quién preguntar. Este se puede decir que es el principio clave de una inteligencia colaborativa cuyos criterios más relevantes paso a enumerar:

  1. El primero de ellos tiene que ver con la idea fundamental que versa sobre la necesidad que hoy en día tienen las empresas en general, pero de una manera muy especial aquellas que están inmersas en procesos de internacionalización, de contar con el soporte de los productos y servicios de Seguridad e Inteligencia, los cuales no debieran ser una responsabilidad directa del Estado, sino que requieren la concurrencia de compañías especializadas.
  2. El segundo criterio se refiere al complejo entorno geoestratégico, en el que desarrollan su actividad las empresas y corporaciones, caracterizado, entre otros factores, por un creciente nivel de incertidumbre, haciendo más importante, si cabe, dotarse de unas adecuadas herramientas de inteligencia para entenderlo en toda su amplitud y complejidad y para gestionar eficazmente la incertidumbre que genera. La Inteligencia debe ser entendida en el ámbito empresarial como una función necesaria y transversal en toda la organización
  3. El tercer atributo sobre el que quiero poner el énfasis estriba en el enfoque con el que abordamos la seguridad. Para comenzar mencionar que lejos de considerar la seguridad exclusivamente como un estado a alcanzar, centrándonos únicamente en el objeto a proteger (activos, personas, marca, reputación, etc.), la entendemos también como una situación, lo que nos permite analizar en profundidad los desafíos a los que se enfrentan las empresas (identificar oportunidades y amenazas), de un modo muy particular las que están inmersas en la internacionalización; pero además, la concebimos también como acción a emprender, para determinar con ello las estrategias a aplicar y los medios a emplear (plan de negocio, planes de contingencia); como una cuarta dimensión de la seguridad, la percibimos como una función, para con ella fijar las responsabilidades del que es un proceso transversal y que por ende afecta a toda la organización. En esta dimensión amplia de la seguridad, la Inteligencia constituye su principal escudo protector, así como la actividad que le va a conferir precisamente su condición preventiva y proactiva.
  4. El cuarto concepto que se aborda es, por tanto, el de la Inteligencia, entendida como una actividad o función básica en los procesos de toma de decisiones, que orientan la actividad y en su caso el cambio de toda organización empresarial. La inteligencia es pues la herramienta capital que nos va a facilitar la información precisa sobre los procesos internos, así como del contexto externo, permitiendo con ello alcanzar una posición de ventaja en la toma de decisiones.
  5. El quinto código tiene que ver precisamente con la aplicación de la inteligencia al mundo empresarial. La Inteligencia genera conocimiento especializado y es el resultado de un proceso sistemático y normalizado que transforma la información disponible, obtenida por medios y recursos dispares, en un producto aplicable y utilizable. La utilidad de la inteligencia a la actividad de las empresas se manifiesta en dos campos principalmente:
    1. El primero de ellos es el relacionado con la necesidad de asegurar la continuidad del negocio y el valor reputacional, desarrollando para ello el análisis de inteligencia centrado en el objetivo. La inteligencia es en sí misma proactiva y reconoce que la ausencia de acontecimientos dramáticos no asegura la ausencia de amenazas competitivas, por lo que se debe volcar el esfuerzo en la detección de señales de alerta y en la prevención de riesgos.
    2. El segundo de los campos a los que se orienta la inteligencia en el mundo empresarial es a garantizar y reforzar la competitividad de la organización, a través del análisis estratégico, para determinar los objetivos a alcanzar e identificar nuestros principales competidores y colaboradores. Este planeamiento debe estar fundamentado en la información, que será de nulo valor si no está contextualizada y analizada convenientemente, es decir transformada en inteligencia.

CONCLUSIÓN

La inteligencia es una función necesaria para todas las organizaciones, en las que se incluye de una manera muy especial al mundo empresarial. Muy pocas compañías privadas disponen de las capacidades y recursos necesarios para conformar sus propios departamentos de inteligencia, por ello las consultoras como Two Worlds Collaborative Intelligence aportan con sus servicios y productos un valor añadido al mundo empresarial español en la consecución de sus objetivos y la preservación de sus intereses.

La actividad empresarial contribuye a fortalecer la propia seguridad nacional, y en el campo de la Inteligencia este tipo de compañías especializadas en esta función pueden ser un invaluable nexo entre los órganos de inteligencia nacionales y el sector empresarial. En el caso de TWCI, la experiencia en este campo de sus socios le hace especialmente apropiada para llevar a cabo esta función en apoyo a las empresas nacionales.

Termino con una reflexión pronunciada por uno de los ponentes en la primera jornada de las “internal conferences” organizadas por Two World Collaborative Intelligence, quien comentó el hecho de que el impacto de las decisiones de un CEO tiene, en ocasiones, más repercusiones que las adoptadas por algunos presidentes de gobierno, y añado: estas resoluciones no pueden pronunciarse sin la concurrencia de la Inteligencia, no en vano una de las principales razones de ser de esta función, si no la más importante, es precisamente su apoyo a la toma de decisiones. 

LA INTERNACIONALIZACIÓN CON INTELIGENCIA
Profesor Jesús De Miguel

INTRODUCCIÓN

En el día de ayer tuvimos ocasión de participar en una nueva presentación de nuestra Guía sobre Seguridad e Inteligencia Estratégica para Pymes, en esta ocasión en un evento organizado por el ISEN de Cartagena, Centro Universitario dependiente de la Universidad de Murcia, el cual fue presidido y moderado por el propio Rector Magnífico de esa Universidad. El acto contó con la presencia de los presidentes del Consejo General de Economistas de España y de la Cámarade Comercio de España, quienes tomaron la palabra para señalar la importancia que tiene un documento como este en apoyo a las Pymes, que constituyen uno de los principales soportes de la economía. Participaron también los presidentes de las Cámaras de Comercio de Murcia, Cartagena y Lorca, además de otras personas vinculadas al mundo universitario y al mundo empresarial. Quien escribe este artículo, como socio de TWCI, tuvo el honor de presentar el contenido de la Guía de la que es uno de los autores.

Eventos como éste no hacen sino poner de manifiesto la importancia que día a día va adquiriendo el apoyo a las empresas en sus procesos de internacionalización, y en ello cobra una particular importancia el poder contar con una apropiada inteligencia. Antes de continuar avanzando conviene hacer una breve incursión en el concepto de internacionalización, que va más allá de los tradicionales procesos de exportación, cuyo objetivo es fundamentalmente poner un producto en el mercado exterior, mientras que aquella podría entenderse con un mayor alcance
como más adelante veremos. La exportación podría ser considerada como el primer estadio de la internacionalización, la cual culminaría con implantación, es decir contar con establecimientos propios para llevar a cabo su actividad en otros países. Pero cuando hablamos de implantación no nos limitamos a una simple “representación comercial”, sino al desarrollo de su actividad empresarial fuera del territorio nacional propio.

Como primer paso antes de iniciar este proceso de internacionalización la empresa debe ser capaz de responder al por qué y para qué se va a dar ese paso. Para dar una respuesta acertada a estas dos cuestiones se precisa disponer de un amplio conocimiento del contexto, del entorno social, económico y geográfico en el que la empresa pretende implantarse, conociendo y asumiendo las diferencias culturales a las que nos vamos a enfrentar, que son en ocasiones de gran calado.

Deberemos asimismo conocer los trámites legales que conforman la normativa del país, organismos públicos relacionados con la actividad empresarial, empresas españolas que están operando en el país, principales competidores, entre otros muchos aspectos.

CÓMO PUEDE TWCI APOYAR A LAS EMPRESAS EN SUS PROCESOS DE
INTERNACIONALIZACIÓN.

La internacionalización es en sí misma un proceso complejo e incierto, el cual, para que aporte un valor añadido a la organización y ésta cuente siempre con la necesaria ventaja estratégica, las empresas que lo acometen deberían apoyarse en herramientas de seguridad e inteligencia (estratégica). La mayoría de los aspectos que conforman estos dos campos son ajenos en gran parte de las organizaciones al conocimiento de su staff directivo, por cuanto requieren de una importante especialización.
Conscientes de esta creciente necesidad del mundo empresarial, y en particular de las Pymes, TWCI, como sustento de su visión estratégica, desarrolló el embrión de la Guía sobre Seguridad e Inteligencia Estratégica para Pymes (GSIEP). En ella se establece como una de las premisas de partida el hecho de que cuanto más incierta es una situación o contexto más necesario es para cualquier organización contar con una inteligencia oportuna y precisa.

Las empresas de cualquier tamaño y dimensión, especialmente aquellas que están empezando un proceso de internacionalización o se encuentran ya internacionalizadas, precisan de un conocimiento lo más detallado posible del entorno en el que se desarrolla su negocio. Se habla de necesidad de tener una superioridad informativa, pero este término, sin más, no refleja la amplitud del concepto de inteligencia. (GSIEP, pág. 9)

Resulta una obviedad mencionar una vez más el carácter global de la economía en nuestros días, y para ser competitivo en este contexto debemos aprender a pensar y actuar de manera innovadora y colaborativa. Este se puede decir que es el principio clave de una inteligencia colaborativa, la cual constituye el modelo de negocio de TWCI, cuya columna vertebral es la propia GSIEP, cuyos criterios más relevantes paso a enumerar:

1. El primero de ellos tiene que ver con la idea fundamental que versa sobre la necesidad que hoy en día tienen las empresas en general, pero de una manera muy especial aquellas que están inmersas en procesos de internacionalización de contar con el soporte de los productos y servicios de  Seguridad e Inteligencia. Por una parte, este tipo de servicios requiere  personal y medios con un alto grado de especialización y una importante red  global de colaboradores, algo que muy pocas empresas pueden conformar  por sí mismas; incluso las grandes corporaciones obtienen en muchos casos  una mayor rentabilidad externalizando este tipo de servicios, o al menos algunos de ellos. Por otro lado, el mercado de la inteligencia y la seguridad en el ámbito empresarial ha estado dominado tradicionalmente por las empresas anglosajonas, las cuales han sabido combinar adecuadamente lo público y lo privado, en el entendimiento de que el éxito de las empresas nacionales no hace sino fortalecer la estabilidad y desarrollo de sus respectivos Estados.

Es necesario romper la brecha entre lo estatal y lo empresarial, entre lo público y lo privado, para buscar la complementariedad, única manera de  competir con éxito en el complejo escenario internacional.

2. El segundo criterio se refiere al complejo entorno geoestratégico, en el que desarrollan su actividad las empresas y corporaciones, caracterizado, entre otros factores, por un creciente nivel de incertidumbre, haciendo más importante, si cabe, dotarse de unas adecuadas herramientas de inteligencia para entenderlo en toda su amplitud y complejidad y para gestionar eficazmente la incertidumbre que genera.

Un contexto que podríamos definir como el del paradigma de la complejidad, atendiendo a los diferentes actores, a la propia sociedad, o a la necesidad de abordarlo desde un enfoque holístico. En síntesis, este entorno geopolítico se encuentra caracterizado fundamentalmente primero, por una falta de liderazgo global, se podría decir que estamos inmersos en un sistema
internacional “unimultipolar” (Huntington) y además descentrado con una  creciente importancia de lo regional frente a lo global; segundo, por la variable situación económica, afectada simultáneamente tanto por la deslocalización de los mercados como por el proteccionismo, unido todo ello a la grave crisis existente a nivel mundial, aunque con diferente impacto en los distintos países; tercero, por la globalización digital, causa y efecto de que las empresas se encuentren inmersas en continuos procesos de cambio; y en  cuarto lugar, aunque no menos importante que las anteriores, por la profunda transformación de nuestras sociedades, y de una manera muy particular por el impacto social que en ellas tiene el miedo, se trate a una situación de peligro, como es el caso de la pandemia de la COVID-19, como a la incertidumbre asociada al cambio.

3. El tercer atributo sobre el que quiero poner el énfasis estriba en el enfoque  con el que abordamos la seguridad. Para comenzar mencionar que lejos de  considerar la seguridad como un estado a alcanzar, centrándonos únicamente en el objeto a proteger (activos, personas, marca, reputación, etc.), la entendemos también como una situación, lo que nos permite analizar en profundidad los desafíos a los que se enfrentan las empresas en sus procesos de internacionalización (identificar oportunidades y amenazas); pero además, la concebimos también como acción a emprender, para determinar con ello las estrategias a aplicar y los medios a emplear (plan de negocio, planes de contingencia); como una cuarta dimensión de la seguridad, la percibimos como una función, para con ella fijar las responsabilidades del que es un proceso transversal y que por ende afecta a toda la organización, la misma seguridad.

Como síntesis se podría decir que en la Guía se aborda la seguridad desde  una dimensión ampliada, acorde a su complejidad en nuestros días, lo que  hemos denominado la seguridad de 360º para significar su verdadera dimensión: multidimensional, por los campos que aplica, global, atendiendo a su particularidad de tener que responder a riesgos globales; holística, al requerir una gran variedad de respuestas; e integral, al considerar que afecta a la organización como un todo. No se debe pasar por alto que en este concepto ampliado de la seguridad (cuando está referida al ámbito nacional), las empresas juegan un papel fundamental en el desarrollo del Estado, contribuyendo a alcanzar los intereses nacionales.

4. El cuarto concepto que se aborda es el de la Inteligencia, entendida como una actividad o función básica en los procesos de toma de decisiones, que orientan la actividad y en su caso el cambio de toda organización empresarial. Todo cambio está en ocasiones forzado y siempre condicionado por el contexto en el que se mueve la organización. Quiere decir que además de conocer nuestras propias fortalezas y debilidades, se precisa conocer las oportunidades y amenazas que conforman el entorno en el que desarrollamos nuestra actividad empresarial. La inteligencia es pues la herramienta capital que nos va a facilitar la información precisa sobre los procesos internos, así como del contexto externo, permitiendo con ello alcanzar una posición de ventaja en la toma de decisiones.

Se puede afirmar que cuanto mayor es la percepción de riesgos, más elevado es el grado de incertidumbre y que cuando no se dispone de certeza existe una mayor necesidad de cambio. En consecuencia, siendo la inteligencia la herramienta fundamental para reducir el impacto de los riesgos, es a su vez un eficaz instrumento en la identificación y análisis de los factores del cambio, lo que la convierte en una disciplina esencial en la dirección estratégica de una organización.

Por lo anterior, consideramos la inteligencia como una actividad en alza,  porque las empresas necesitan de esta función más que nunca. La parte positiva de esta necesidad es que hoy en día esta función se ve facilitada por el desarrollo de las nuevas tecnologías. Éstas facilitan la interconexión y la cooperación, lo que da sustento al concepto de inteligencia colaborativa, la cual permite  alcanzar grandes objetivos con unos medios más reducidos y un gasto asumible por la mayoría de las organizaciones empresariales.

Es importante crear un mercado nacional de inteligencia adaptado a las particularidades de nuestras empresas, alejándonos de soluciones  generalistas, ofreciendo productos “ad hoc” que orienten y rentabilicen el  esfuerzo de las Pymes, siendo precisamente este uno de los objetivos  fundamentales al que quiere contribuir TWCI.

 5. El quinto código tiene que ver precisamente con la aplicación de la inteligencia al mundo empresarial. La Inteligencia genera conocimiento especializado y es el resultado de un proceso sistemático y normalizado que transforma la información disponible, obtenida por medios y recursos dispares. La utilidad de la inteligencia a la actividad de las empresas se manifiesta en dos campos principalmente:

• El primero de ellos es el relacionado con la necesidad de asegurar la continuidad del negocio y el valor reputacional, desarrollando para ello el análisis de inteligencia centrado en el objetivo y sustentado en los tres niveles clásicos: el estratégico, íntimamente vinculado con el análisis estratégico, que nos permita tener una ventaja competitiva; el operacional, centrado fundamentalmente en el lanzamiento y comercialización de un determinado proyecto o servicio; y el táctico, para tener un conocimiento lo más amplio posible del desarrollo de negocio y la seguridad del personal y los activos de la empresa. En la imagen se resumen algunas de las razones por las que se recomienda que las empresas cuenten con la función de inteligencia. La inteligencia es en sí misma proactiva y reconoce que la ausencia de acontecimientos dramáticos no asegura la ausencia de amenazas competitivas, por lo que se debe volcar el esfuerzo en la detección de señales de alerta y en la prevención de riesgos.

• El segundo de los campos a los que se orienta la inteligencia en el mundo empresarial es a garantizar y reforzar la competitividad de la organización, a través del análisis estratégico, para determinar los objetivos a alcanzar e identificar nuestros principales competidores y colaboradores. Este planeamiento debe estar fundamentado en la información, que será de nulo valor si no está contextualizada y analizada convenientemente, es decir transformada en inteligencia.

 

6. El sexto concepto que se aborda en la Guía Estratégica es el de la Inteligencia Colaborativa, la cual es el resultado de la interacción de muchos individuos que se interrelacionan entre sí en el contexto de la cultura digital. Es decir, se trata de compartir el conocimiento -cuanto más compartamos más tendremosmáxime en un mundo de extraordinaria complejidad en el que es imposible abarcar de forma directa todos los ámbitos de la inteligencia. Además, este intercambio de conocimiento se realiza de manera proactiva amparado en el entorno de las tecnologías sociales.

En las empresas, hoy más que nunca, que vivimos en un mundo global y digital donde las tecnologías de la información avanzan a pasos agigantados, empieza a ser necesario potenciar la inteligencia colaborativa para conseguir compañías inteligentes, capaces de adaptarse a cualquier cambio y necesidad.

“Buscamos la integración de agencias y profesionales con diferentes capacidades y hacemos posible una red social de colaboración más amplia y efectiva” (Pedro Cid Sánchez Vizcaino, CEO TWCI)
Como corolario a estos seis criterios se proponen las soluciones que se pueden ofrecer a las diferentes empresas, las cuales tienen lugar en cuatro áreas principales, que conforman los servicios que ofrece TWCI (https://twoworldsci.com/servicios/): Inteligencia, en lo que se refiere al análisis de riesgos, informes corporativos o estudios de competitividad; Seguridad, que comprenden informes de auditoría, el apoyo en la gestión de riesgos y el diseño de planes y procedimientos; Investigación corporativa, especialmente en asuntos de “Due Diligence”; y Formación, orientada tanto al personal que desarrolla o pueda desarrollar este tipos de labores específicas, como a crear en la organización una efectiva cultura de seguridad e inteligencia.

En el marco de los cuatros servicios referidos, TWCI ha desarrollado varios productos específicos, entre los cuales se destacan, por su aplicación a los procesos de internacionalización, los siguientes:

• Asistencia en viajes. Está diseñado para proporcionar asistencia en
materia sanitaria y de seguridad tanto a los expatriados, como a aquellos directivos u otro personal de la empresa en sus desplazamientos. La asistencia cuenta con un servicio de geolocalización 24/7 y de generación de alertas. Se complementa con un informe básico riesgo-país que puede ser ampliado en función de las necesidades e intereses del cliente. En este producto colaboran, además de TWCI, como responsable del área de seguridad, las empresas españolas Medical Claims International y Geobox

• Comprehensive Response. Diseñado para proporcionar al consumidor una respuesta integral en los campos de la competitividad, la seguridad y la ciberseguridad. En él participan Anthelex International, TWCI y The Security Sentinel, respectivamente, todas ellas empresas españolas especializadas en diferentes ámbitos de la inteligencia y seguridad. Como en todos los productos ofertados, no se trata de una oferta generalista, sino que se adapta a las necesidades e intereses del cliente.

• Risk Rating by TWCI. Constituye la base para nuestros procesos de análisis de riesgo. Se trata de un estudio inicial sobre 170 países en los que se han considerado tres parámetros, estabilidad del Estado, situación social y sanitaria, y situación de seguridad. Para cada uno de ellos se han contemplado entre 5 y 6 indicadores debidamente parametrizados, lo que permite una primera aproximación para construir un informe de riesgopaís.

• Sistema de Vigilancia e Inteligencia (V&I). Se trata en este caso de un
producto innovador de inteligencia preventiva y de amplia aplicación en el ámbito empresarial. Es fácil encontrar su utilidad para preservar el valor reputacional, pero puede ser aplicado en otros campos de la actividad empresarial como la competitividad, apoyando la búsqueda de nuevos mercados y oportunidades de negocio; o la propia seguridad, facilitando la identificación de riesgos y la definición del entorno estratégico. Se apoya en un seguimiento exhaustivo de las RRSS, sustentado por un software de búsqueda, que permite consolidar un sistema de alertas que, debidamente explotado, permite ofrecer productos de inteligencia a nuestros clientes.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Como conclusión a este artículo quisiera llamar la atención precisamente sobre su título “La Internacionalización con Inteligencia” pues lo que podría parecer un simple juego de palabras, no hace sino poner el énfasis en la necesidad para las empresas de contar con la Inteligencia para acometer un proceso tan trascendental como es la apertura de la actividad empresarial a nuevos mercados en el exterior, ya hablemos de los procesos menos complejos como las operaciones de exportación, hasta la implantación de la actividad de la
empresa en el exterior.

Es importante insistir en una de las ideas capitales de este artículo, cual es el hecho de que la incontestable necesidad de contar con la inteligencia para la correcta toma de decisiones requiere que ésta sea vista por las empresas como una inversión, la cual aportará beneficios que de otra forma sería muy difícil conseguir. El contar con empresas nacionales especializadas en esta función permite ofrecer a las empresas soluciones individualizadas, culturalmente coherentes y siempre adaptadas a sus necesidades y posibilidades.

TWCI se adapta al cliente y no es el cliente quien se tiene que adaptar. Se podría afirmar que ofrecemos proyectos adaptados “llave en mano”, diseñados por expertos de contrastada experiencia.

Two Worlds Collaborative Intelligence, como reza su nombre, es una de las pocas empresas españolas que desarrollan su actividad en este campo de la inteligencia, y que surge como consecuencia de la creciente dificultad de la especialización en los diferentes ámbitos de la inteligencia en un entorno cada vez más complejo e incierto.

“Hoy más que nunca, al vivir en un mundo global y digital donde las
tecnologías de la información avanzan a pasos agigantados, empieza a
ser necesario potenciar la inteligencia colaborativa para conseguir
compañías inteligentes, capaces de adaptarse a cualquier cambio y
necesidad” (GSIEP, pág.45)

 

La inteligencia colaborativa es un elemento estratégico para las empresas que va teniéndose cada vez más en cuenta en el caso de la internacionalización.

 

INTRODUCCIÓN

Es que la inteligencia ha sido una disciplina que hasta hace unos años ha estado fundamentalmente vinculada a las organizaciones estatales; sin embargo, en las últimas décadas, el sector privado ha ido tomando conciencia de la importancia de esta materia, incorporando muchas empresas esta actividad a sus procesos de toma de decisiones. Se podría afirmar que la inteligencia es conocimiento para la acción y con ella se trata de garantizar la decisión más acertada.

La anticipación forma parte de la propia esencia de la inteligencia y no hay mejor capacidad preventiva frente a riesgos, peligros y amenazas que un completo y eficiente sistema de inteligencia. La prevención está en relación inversa a la incertidumbre, es decir, cuanto mayor sea ésta, se refuerza la necesidad de contar con una mayor superioridad informativa y ésta solamente la alcanzarán mediante la Inteligencia.

Como exponía en una publicación anterior sobre la inteligencia colaborativa en apoyo a los procesos de internacionalización de las PYMES, el escenario al que nos enfrentamos al comenzar la tercera década de este siglo, agravado sin duda por la pandemia del COVID-19, si por algo se caracteriza es por su gran incertidumbre, la cual sostenía que era motivada fundamentalmente por tres aspectos fundamentales: la falta de liderazgo a nivel mundial, los cambios sustanciales en la agenda económica mundial y la globalización digital.

De acuerdo con lo anterior, en este contexto en el que finaliza esta década es necesario más que nunca que las empresas cuenten con una inteligencia que les permita por una parte asegurar sus activos y procesos y, por otra, obtener la necesaria ventaja competitiva y para ello, la inteligencia pasa a ser una disciplina indispensable en toda actividad empresarial.

Como toda materia de amplio espectro, como es el caso que nos ocupa, no cabe la improvisación y la falta de rigor, sino que es una función que debe basarse en la aplicación de unos principios y unos procedimientos sistemáticos. Además, la inteligencia precisa de expertos no debe de dejarse en manos de personas sin la capacitación requerida, y requiere contar con los recursos necesarios. Llegamos así a una de las preguntas clave, aceptando la necesidad de contar con esta disciplina en los procesos empresariales ¿pueden todas las empresas contar con su propio departamento de inteligencia? Evidentemente la respuesta es negativa en este sentido pues la mayoría de las corporaciones no disponen de la mayoría de los recursos que se requieren para ello, siendo habitual recurrir al outsoucing.

Pero demos un paso más, si asumimos que la mayoría de las empresas no pueden asumir los costos que supone incorporar a su organización una sección o departamento de inteligencia, tampoco la mayoría de las empresas especializadas en inteligencia pueden incorporar a su organización las personas, los medios y los sistemas que se precisan para ofrecer un producto de inteligencia adaptado a las necesidades. Por ello, el apoyo mútuo entre estas organizaciones es fundamental, y esta cooperación entre organizaciones y agencias de inteligencia ha sido una constante durante años, tanto en el sector público como en el privado. El exponencial desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha permitido que esta colaboración pudiera quedar sistematizada, dando con ello carta de naturaleza a lo que se conoce como Inteligencia Colaborativa.

 

EL CONCEPTO DE INTELIGENCIA COLABORATIVA

De acuerdo con una publicación del Grupo P&A se podría definir el término inteligencia colaborativa como aquella actividad con la que se trata de elegir la mejor opción para alcanzar una determinada meta trabajando en conjunto.

Esta interpretación es una aproximación basada en la etimología de las dos palabras que la componen, inteligencia y colaborar, pero que nos sirve como base para entender a continuación una descripción más completa.

Se trata de una forma de inteligencia emergente que resulta de la interacción de muchos individuos que interactúan entre sí en el contexto de la cultura digital, pudiendo ser definida como:

“La inteligencia colaborativa (IC) supone una deliberación ordenada, facilitada por tecnologías sociales, que permite a un conjunto de personas crear un mejor conocimiento compartido y tomar decisiones, con mayores posibilidades de superar los retos y dificultades que plantean las distintas actividades humanas en un entorno cada vez más complejo y cambiante.” (ICXCI, Innovation Center for Collaborative Intelligence)

En esta definición se incluyen las que son las principales señas de identidad de la inteligencia colaborativa. La primera de ellas se refiere a la necesidad de compartir el conocimiento; cuanto más compartamos más tendremos. El mercado requiere respuestas rápidas y con experiencia y para ello se precisa compartir conocimientos. Es necesario saber cómo y a quién preguntar los tipos de preguntas que abren nuestras mentes a nuevas posibilidades. En una palabra: colaborar.

Si nos ceñimos al ámbito de compartir el conocimiento se limitaría al concepto de inteligencia colectiva en la que mediante la concurrencia de las acciones de un grupo de personas se llegaría a un producto final. Sin embargo, la segunda de las señas de identidad de la inteligencia colaborativa es que se mueve en el entorno de las tecnologías sociales, segunda de las señas de identidad de la definición del ICXCI.

 

SU APLICACIÓN AL MUNDO EMPRESARIAL

En las empresas, hoy más que nunca, en el mundo global y digital de nuestros días, en el que las tecnologías de la información avanzan a pasos agigantados, empieza a ser necesario potenciar la inteligencia colaborativa para conseguir lo que podríamos denominar “compañías inteligentes”, capaces de adaptarse a cualquier cambio y necesidad.

La tercera de las señas de identidad propuestas en la definición se refiere, como todo producto de inteligencia, también en este caso se encuentra orientado a la toma de decisiones, poniendo el énfasis en que estas se producen, hoy más que nunca en un entorno cada vez más complejo y cambiante

Para ser competitivo en la economía global de nuestros tiempos, debemos aprender a pensar de manera colaborativa e innovadora. Son muchas las organizaciones que desde hace unos años apuestan por el reclutamiento y la retención de talento corporativo, con lo que partimos de la base de que contamos con empresas repletas de talento y de ideas innovadoras que encuentran un terreno propicio en los entornos que favorecen la colaboración, y que por supuesto cuentan con los recursos tecnológicos y la financiación para poder llevar a cabo proyectos ambiciosos.

“The fact that we are different doesn’t mean that one of us is wrong. It just means that there’s a different kind of right”

Faith Jegede

La obtención de la inteligencia debe orientarse al que es su objetivo central, lo que ha cambiado no es tanto el concepto de la “inteligencia centrada en el objetivo” que nos propone Robert M. Clark (“Intelligence Analysis. A Target Centric Approach. Clark, Robert M.), sino la naturaleza del propio objetivo que ha pasado de ser un objeto cerrado a conformarse como un sistema complejo. En la figura, se muestra un ejemplo sobre la inteligencia centrada en el objetivo, atendiendo a su diferente naturaleza. En el primer caso (imagen izquierda) nos muestra el caso de lo que podría ser el terrorismo tradicional, mientras que en el segundo (imagen derecha) se correspondería con la complejidad del terrorismo global de nuestros días.

 

Inteligencia colaborativa

Ilustración 1. El objetivo de la inteligencia

Como se observa en la imagen, en el segundo caso el objetivo tiene una mayor complejidad y en él concurren diferentes actores, y, en consecuencia, se requiere buscar la colaboración entre diferentes elementos para generar así el conocimiento necesario en un mundo interconectado como el actual, por ello se precisan equipos más perspicaces, más rápidos e innovadores que nunca. La inteligencia colaborativa requiere que abandonemos las formas cómodas y habituales de pensar con los demás y abramos la mente para poder reconfigurar nuestro enfoque.

Two Worlds Collaborative Intelligence (TWCI) ha desarrollado un producto novedoso y adaptado a las necesidades de los clientes, orientado, aunque no de manera exclusiva a la mediana empresa, conscientes de las dificultades que tiene este tipo de organizaciones para contar con sus propios sistemas de inteligencia. Para ello dispone de una red de colaboradores en diferentes áreas de conocimiento y en distintas regiones del mundo que permite la integración de productos de inteligencia eficientes y competitivos.

Existen diversas formas de colaboración en base al grado y tipo de integración de las partes en el producto final. De acuerdo con Wikipedia de una manera muy simple se podrían identificar cuatro maneras de colaboración:

En el caso de las compañías proveedoras de servicios de inteligencia colaborativa, como es el caso de TWCI, se combinan todos los tipos de colaboraciones: de fusión, generando así un mayor nivel de conocimiento procedente de fuentes especializadas; molecular, recurriendo a la suma de capacidades de diferentes actores, integradas en una entidad única; y los modos de colección y de agregación, mediante la configuración de un sistema de alertas.

Resumiendo, la inteligencia colaborativa es más propia de grupos de trabajo que de grandes masas de personas. Se ve facilitada cuando el objetivo a conseguir o reto a superar se encuentra bien identificado y definido; se realiza una precisa selección de los participantes en el proyecto, en base a sus competencias y habilidades; y se cuenta con las herramientas digitales adecuadas para su desarrollo.

El trabajo de inteligencia requiere coordinación y colaboración entre personas que tienen diferentes grados de conocimiento, habilidades y experiencia, ello requiere en ocasiones crear equipos con elementos que manejen distintas disciplinas relacionadas con la inteligencia y en muchos casos organizaciones diferentes.

“Buscamos la integración de agencias y profesionales con diferentes capacidades y hacemos posible una red social de colaboración más amplia y efectiva”

 

CONCLUSIÓN

La inteligencia es una actividad o función básica en los procesos de toma de decisiones que orientan la actividad y en su caso el cambio de toda organización empresarial. Todo cambio está forzado en ocasiones y siempre condicionado por el contexto en el que se mueve la organización. Quiere decir que además de conocer nuestras propias fortalezas y debilidades, se precisa conocer las oportunidades y amenazas que conforman el contexto en el que desarrollamos nuestra actividad empresarial. La inteligencia es pues la herramienta capital que nos va a facilitar la información precisa sobre los procesos internos, así como del contexto externo, permitiendo con ello alcanzar una posición de ventaja en la toma de decisiones.

En el caso de las empresas que abren sus operaciones a la escena internacional se enfrentan al desafío de la incertidumbre, más aún en el entorno complejo en el nos movemos. Es por ello por lo que se precisa más que nunca contar con la herramienta de inteligencia, esta necesidad fue identificada por los creadores de TWCI y han diseñado un producto de inteligencia colaborativa para aportar al sector empresarial, especialmente en sus procesos de internacionalización, las soluciones más eficientes en el ámbito de la seguridad y la competitividad.

 

Mtro. Jesús De Miguel